martes, 11 de abril de 2023

Índice



Índice alfabético y temático de las entradas del blog.

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A través del espejo. Pura magia

Fantasía

Al fin nos encontramos. Una fantasía

Fantasía

A las puertas de Yavin 4

Ciencia Ficción 

And the winner is...

Fantasía

Ángel custodio

DramaRelatos del día a día

Ángel de alas borrosas

Relatos del día a día

Apocalipsis de rebaja

Relatos del día a día

Archibaldo 

FantasíaRelatos del día a día

Barcos en la niebla

DramaFantasía

Blackjack

Apocalipsis ZombiFantasíaMicrorrelato

Canción de amor para un mafioso

Fantasía

Cinco años de Mensaje de Arecibo

Noticias

Compañero de juegos

MicrorrelatoTerror

Confidencias de un superhéroe anónimo

Fantasía

Corredor de vuelo

Ciencia Ficción

Corsarios del Rey

AventuraHistórico

Desencuentro

Ciencia FicciónDrama

Desintonizados

Ciencia FicciónMicrorrelato

Dispara a la cabeza («En manos del destino» Parte 2)

Apocalipsis ZombiDramaFantasía

Easter Eggs

Relatos del día a día

El caso Wellington

PolicíacoFantasía

El color de tus tacones

Romántico

El estudio del Dr Melvin

Ciencia FicciónDramaFantasía

El fin de la lucha

FantasíaMicrorrelato

El fuego robado. Un relato de terror clásico

Terror

El laberinto de Blackwood

Intriga

El latido del hombre muerto

CuentoSuspenseTerror

El mundo al revés

Fantasía

El pasado perdido

Fantasía

El soplido del lobo feroz

DramaHistórico

El souvenir del extraño

Fantasía

El valor de un unicornio

Fantasía

En busca de Santa

CuentoFantasía

En fuera de juego

FantasíaRelatos del día a día

En manos del destino

Apocalipsis ZombiDramaFantasía

En tierra de nadie

DramaHistórico

Entre tinieblas y agua de azahar

Relatos del día a díaRomántico

Epílogo en el Segundo Octante

Ciencia Ficción 

Escape room

Suspense

España dice adiós al cambio de hora

Fantasía

Finish Terrae

Ciencia FicciónDrama

Finse stasjon. El último caso del inspectorAlfons Lår

FantasíaPolicíaco

Flores para Camden Square

DramaRelatos del día a día

Grabado en relieve

Relatos del día a día

Huérfanos de Luna

Fantasía

Instinto primario

Apocalipsis ZombiTerror

Juega conmigo

Terror

La anciana que robaba libros de Harry Potter

Fantasía

La búsqueda

DramaFantasía

La canción de Sirio

Fantasía

La Doncella de Rosette

Fantasía

La jauría

Ciencia FicciónTerror

La leyenda de Selene y el gato

CuentoMicrorrelato

La medalla de Bosco

Relatos del día a día

La muerte llegará con el amanecer. Homenajea Leone

Oeste

La pistola del profesional

Policíaco

La reja del Diablo

FantasíaMicrorrelato

La sonrisa del Diablo

Fantasía

La última lección

DramaHistórico

La verdad sobre los martinicos

Fantasía

La vichyssoise de la mujer barbuda

DramaSuspense

Las reglas del Muerto

Fantasía

Ley de vida

DramaFantasíaRelatos del día a día

Leyenda urbana

Terror

Love Story sobre azul

FantasíaRomántico

Madre

DramaFantasíaRelatos del día a día

Mil y una maneras de morir

DramaFantasíaPolicíacoRomántico

Misterio de Navidad

Fantasía

Modelada en barro

Ciencia FicciónRelatos del día a día

Navidades virtuales

CuentoFantasíaMicrorrelatoRelatos del día a día

El bosque - No dejes que entre

Fantasía

November rain

DramaMicrorrelato

Nuevo en esta plaza

Apocalipsis ZombiDramaFantasía

Ocurrió en Chamalán

Fantasía

Otras formas de divertirse

Fantasía

Pacto entre caballeros

AventuraFantasíaMicrorrelato

Paisaje nevado

FantasíaMicrorrelato

Pandemónium

Apocalipsis Zombi, 

Parte de la familia

Suspense

Pertenecemos a una nueva raza

Drama

Píldoras de genio azul

Fantasía

Prodigio de Navidad

Fantasía

Proyecto Silentnight

Intriga

Punto de inflexión… ¡Exterminio!

Ciencia Ficción

Regreso por Navidad

Terror

Reseña de «Crónicas marcianas»

Noticias

Riesgo biológico

Ciencia FicciónDramaFantasía

Roderico, el caballero de Alto Arcadia

Fantasía

Ruegos desde la ratonera

Apocalipsis ZombiCiencia FicciónDrama

Sesión de tarde en Cine Palmira

Terror

Sherlock in love

Fantasía

Siempre llueve en Torreblanca. Vuelve Diego Leal

Policíaco

Sin atenuantes

DramaRelatos del día a día

Space cowgirl

Ciencia FicciónDrama

Su única alternativa

Ciencia Ficción

Sueños rotos

DramaRelatos del día a día

Superproblema

FantasíaRelatos del día a día

También los piratas tienen madre. VuelveDiego Leal

Policíaco

Terapia para el señor Milton

Apocalipsis ZombiFantasíaRelatos del día a día

Tierra de gigantes

Fantasía

Titiritero

Suspense

Todo el tiempo por vivir

Ciencia Ficción

Tolvanera de verano

Romántico

Tragedia doméstica en tres actos

Fantasía

Tragicomedia

DramaHistórico

Tres generaciones

Relatos del día a día

Tres oportunidades

DramaRelatos del día a día

Un canto a la extinción

Ciencia FicciónDrama

Un cuento antes de dormir

Cuento

Un cuento para Pablo. Gus, el intrépidoastronauta

Cuento

Un cuento para Pablo. La leyenda del cerezo y la nube

Cuento

Un cumpleaños y un adiós

Relatos del día a día

Un extraterrestre en nuestra vida

Relatos del día a día

Un hombre peligroso

DramaFantasía

Un plan marciano

Ciencia Ficción

Una extraña libertad

DramaFantasía

Una habitación con vistas

FantasíaMicrorrelato

Una moneda para Caronte

Fantasía

Ungido en arcilla

MicrorrelatoTerror

Zomblince

ExperimentalRelatos del día a día

 

lunes, 10 de abril de 2023

Roderico, el caballero de Alto Arcadia

 



Érase una vez, en el lejano reino de Alto Arcadia, un joven noble llamado Roderico de los Cantos. Destinado por derecho de sangre a ocupar el puesto de consejero real, desde su privilegiada posición Roderico pasaba los días suspirando por ganarse los favores de Nilda, la de los ojos prístinos, hija de un próspero comerciante local.

En los páramos del reino vivía por aquel entonces un solitario anciano de rasgos caprinos. La población recurría a Ducardo, tal era su nombre, en busca de preparados medicinales, amén de ser requerido para cuanto consejo era menester, demanda que cubría previo desorbitado pago de un cuarto de cobre. Ducardo además era notable orador y a él era asiduo Roderico pues disfrutaba enormemente con las historias de caballeros, duendes y magos desgranadas por el viejo al amor de la lumbre en las frías noches de invierno. Y resultó que como también él soñaba en secreto con la virtuosa Nilda, con palabras bien afiladas y no buenas intensiones sembró el horizonte de Roderico de promesas y esperanzas sólo al alcance del bendecido con el corazón del león y la fuerza del toro, armas indispensables éstas para dar muerte a fieros dragones escupefuego, recuperar reliquias de la verdadera religión o salvar de su desventura a la bella princesa de un exótico reino, ya estuviera encerrada en la más alta de las torres o adormecida por mano de su cruel madrastra.

Así fue como se fue Roderico en pos de la aventura. Nilda quedó bajo custodia de su enfurecido padre, quien veía el ascenso de la familia a la hermética clase noble truncado por la insensatez del muchacho. Con el primer y último beso la joven le prometió a Roderico su eterna fidelidad, aprovechando la espera para preparar el ajuar del futuro matrimonio.

 

Diez años duró el viaje de ida y de vuelta, y otros tantos las aventuras que en él se topó Roderico. Tras un primer lance victorioso con el guardián del puente sobre el río Ira y un no tan satisfactorio encontronazo con una pandilla de cuatreros, el joven se ganó en buena lid la posesión de la espada Silbante del usurpador Fabaceo, dio muerte a la bruja Mirrena en la Cueva de las Sirenas y conquistó para Nanoc, el salvaje, el reino de Carunar, todas ellas aventuras dignas de conocer y que este trovador cantará cuando los poderes superiores así lo designen.

 

Amaneció el día del retorno a casa. Nube alguna oscurecía el horizonte desplegado ante Roderico y los polluelos lanzaban sus chillidos hambrientos al cielo de un azul luminoso. Poco quedaba en el reino de lo recordado. Salvo el viejo castillo y alguna que otra edificación de recia estructura, veinte años de luchas territoriales, desastres naturales y periodos de bonanza habían trazado un mapa por completo desconocido para nuestro héroe. Siendo honestos, también quedaba poco del otrora muchacho imberbe y alocado en el hombre fibroso, de rostro curtido, que era Roderico ahora, el cuerpo surcado de múltiples cicatrices. La familia real conocida fue expulsada de las tierras tiempo ha y de su amada Nilda ninguna noticia halló el caballero. Ya desesperado, por boca de un lugareño supo de Ducardo. Su viejo conocido seguía donde entonces a pesar de hallarse cerca de la centena, viviendo de sus consejos, relatos y plantas medicinales, y hacia allí se encaminó nuestro héroe a uña de caballo.

 

–Saludos, Ducardo, viejo del páramo.

–Salud, mi señor, sea quien sea.

–¿Ya no te acuerdas de tu amigo Roderico de los Cantos?

–Nadie queda de la familia De los Cantos. Todos huyeron en pos del destronado y Roderico murió hace tiempo en tierras lejanas.

–No murió pues heme aquí.

–¡¿Roderico…?! ¡En buena hora, muchacho! Veo que la vida te ha tratado bien; vuelves renovado y purificado. Serás conocido por las generaciones futuras como El caballero de Alto Arcadia y las ninfas suspirarán por vos entre velos de gasa.

–Déjate de ninfas. Busco a Nilda. ¿Sabes dónde puedo hallarla?

–Oh, hace mucho que perdimos el amor de Nilda, la de los ojos marchitos.

–¿Qué quieres decir con «Perdimos»?

–Pues eso, mi señor, que yo también la cortejé y la perdí.

–¡Serás malnacido…!

–Compréndalo. Nilda era joven y vos se hallaba lejos, inmerso en aventuras insensatas.

–¡Fuiste tú quien me empujó a ellas!

–Difiero, excelencia. Yo sólo narro historias.

–Sabandija asquerosa…

–¡Pero no se apure! Nunca tuve oportunidad alguna con la virtuosa Nilda, aunque su padre no le hacía ascos a mi pequeña fortuna hecha a base de palabras y emplastos.

–¿Entonces qué ocurrió?

–Felicítese, mi señor, pues Nilda se mantuvo fiel a su amor… Al menos al principio. Para desesperación de su padre, la joven rechazaba a los más prometedores pretendientes con cada puntada dada a las sábanas que debían calentar vuestro sagrado lecho. Pero las arrugas llegaban y vos no lo hacía, y un buen día, con el ajuar amarilleando en el arcón nupcial, su recuerdo poco más que un aparecido ante el primer beso de la Aurora, huyó con cierto caballero procedente de tierras lejanas. ¿Capta la ironía?

–¡Ironía la que te voy a dibujar con la punta de la Silbante, gusano!

–No se enfade conmigo; la culpa es sólo de vuesa merced. Pero puede extraer de su experiencia la siguiente moraleja: ¿Para qué buscar grandezas en la lejanía cuando se tiene la felicidad al alcance de la mano?

»Por cierto, el consejo le costará un cuarto de cobre. 

B.A.: 2023


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viernes, 31 de marzo de 2023

Madre



Nota: En este relato se trata la figura de María con el mayor de los respetos en su doble condición de mujer y madre, explorando sus dudas, dolores y sacrificios, rasgos todos ellos característicos de la raza humana. También se da una visión distinta de Judas. En vez de un traidor Judas es un actor necesario para el drama que va a acontecer, aceptando tan indeseado papel por ser el más fuerte de todos los discípulos.

 

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Jesús

 

–Hola, madre.

–Hola, Jesús. ¿Ya por aquí? No te esperaba hasta el almuerzo.

–Quería pasar un rato con usted. A solas. Para despedirme como se merece.

»Hoy es el día.

–Lo sé. No quería creer que ya fuera miércoles. ¡Me negaba a aceptarlo! He rogado tanto para que este último amanecer nunca llegara…

–Debe hacerse la voluntad de Padre.

–Y la acepto, no me malinterpretes, aunque no me guste.

–No diga eso, madre, o…

–¿O qué, Jesús? ¿Lo haré enfadar? Hágase su voluntad, ¡claro que sí!, pero fui yo quien te parió entre dolores y en mis carnes llevo tu amparo impreso a fuego. Si renunciara a ello… ¿Qué sería yo entonces? ¿Acaso no fuimos hechos a su imagen y semejanza? ¿No traicionaría mi naturaleza?

»Ninguna madre que se precie de serlo entregaría sin dolor al fruto de sus entrañas, aunque fuera para un bien mayor.

–Lo siento, mamá. De verdad.

–Más lo siento yo y por eso no puedo mirarte a la cara pues podría flaquear.

–No debe preocuparse. Nada dura lo que un suspiro y al tercer día me verá de nuevo, resucitado y glorioso. Es Padre quien habla por mi boca.

–¡Lo sé! Lo sé, pero estoy tan cansada…

–Por eso debe prometerme una cosa: se quedará en casa con las mujeres hasta que todo acabe. No quiero que me vea sufrir.

–Jamás te prometeré tal cosa. ¡¿Me oyes?! Jamás. Pídeme cuanto quieras. Derramaría la espesa sangre que corre por mis venas y entregaría los ojos a los cuervos del Gólgota si con ello consolara tu dolor, por pequeño que este alivio fuera, pero nunca renunciaré a acompañarte en el camino incierto que te aguarda. Donde quiera que te lleven allí estaré yo, y mi visión será tu apoyo y guía, no una pesadumbre a sumar. Ni las lanzas más punzantes ni las súplicas más pertinaces harán que cambie de parecer.

–Hágase pues su voluntad.

 

Judas

 

–¿Ha venido Jesús a verla?

–Así es, Judas. Vino a despedirse y a rogarme que no le acompañara.

–Y ha dicho que no, por supuesto.

–Por supuesto.

–Ya se lo advertí pero quiso intentarlo. Y es comprensible. No debe enfadarse con él.

–No sería justa si lo hiciera. ¿Y tú cómo te encuentras?

–¿Cómo voy a estar cuando serán mis labios los que sellen su destino?

–Pero ese es tu papel en esta obra. Debemos cumplirlo, aunque no nos guste. ¡Bien lo sé yo! Y tú eres el más fuerte de todos sus discípulos, el único que puede soportar esa carga.

–No soy más que un asqueroso traidor.

–Jamás se me ocurriría pensar eso de ti.

–Pues así es como yo me siento. Y sé que algunos de los otros piensan igual.

–No es más que el fruto de los nervios. Recapacitarán, te lo aseguro.

–Le pido perdón. No he debido quejarme. Yo aquí, molestándola con nimiedades, cuando usted va a perder a su hijo en cuestión de horas.

–Y tú a un buen maestro y mejor amigo.

–Por el perdón de los pecados.

–Así sea.

 

Juan

 

–Ya lo han prendido. He venido corriendo en cuanto he podido.

–Dios mío, Juan... Cuéntame cómo sucedió.

–Estábamos en Getsemaní cuando llegó Judas acompañado por un gentío entre mucho ruido de armas. Venían por orden de los ancianos y de los sacerdotes. Caifás entre ellos, como no podía ser de otra forma. Judas identificó al Maestro como estaba pactado y la muchedumbre se le echó encima. Solo Pedro intentó detenerlos y en su arrebato le cortó la oreja a una de los atacantes.

–¿Y qué hizo mi hijo?

–No solo no se resistió al arresto sino que reprendió a Pedro por su conducta para después hacer un nuevo milagro con el herido.

»Lo llevan ante Anás.

–Pues hacia allí iremos.

–Como desee.

–¿Y Judas?

–Huyó nada más producirse el arresto. No lo he vuelto a ver desde entonces.

–Espero que no haga ninguna tontería.

–No debe preocuparse por él; al fin y al cabo no es su madre.

–Soy la madre de todos.

–Es cierto. Disculpe mi insolencia.

–No hay nada que perdonar, Juan. Y estamos perdiendo un tiempo muy valioso. Debemos ponernos ya en marcha.

»Jesús me necesita.

–Vamos pues.

 

B.A.: 2013

 

 

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