miércoles, 25 de noviembre de 2020

Ley de vida

 


Nota: En el reto del mes de noviembre de El Tintero de Oro, se nos anima a trabajar el Cliffhanger, recurso narrativo que consiste en construir una situación de gran tensión dramática que, sin embargo, queda interrumpida y deberá completarse más adelante. ¡Y todo en 250 palabras! A ver cómo sale.

*         *         *

Era el mejor trabajo del mundo. Tenía sus desventajas, por supuesto, como la vez que pasó toda la noche tirado en el suelo, el termómetro rozando los cero grados, o aquellas ocasiones, las más, en las que su pequeño dueño lo abrazaba con desmesurada fuerza pero… ¿Qué era eso para un perro de peluche comparado con el honor de proteger su sueño de pesadillas y monstruos legendarios? Tanta felicidad duró diez años. ¿O fueron once? Pluto ya no lo recuerda.

Sólo en dos ocasiones vio peligrar su privilegiada posición. La primera con Azuquita, una perra viejita adoptada que apenas molestaba con sus quedos ladridos, y la segunda con 1-0-3, mamá primeriza de una camada de perritos, de atractivo color arcoíris y acusado instinto protector. Afortunadamente, las dos eran seres imaginarios, imposibles de abrazar, y Pluto pudo ver desde la cabecera de la cama cómo su dueño se hacía un hombrecito, hasta olvidar todos sus juegos y miedos infantiles. Así debía ser.

Desde la estantería donde fue desterrado una vez innecesaria su celosa vigilia, Pluto contempla el discurrir de los días con resignación, semejantes a motas de polvo que cruzaran lentamente los rayos del sol vespertino. Hoy podría ser su último día y aun así no cambiaría nada de lo vivido... ¡Chitón! Llega su dueño. Habla por teléfono de una recolecta benéfica mientras echa en una bolsa cuanto libro, puzle y muñeco ha conservado por pura nostalgia para después, terminada la llamada, posar una mirada indecisa en su viejo protector.

 

(Continuará)



Safe Creative #2011255995513

50 comentarios:

  1. Lo más seguro es que aunque haya pasado mucho tiempo, sigamos acordándonos de estos pequeños guardianes de peluche.
    Yo todavía me acuerdo con mucha ternura de un osito que me acompañó en la infancia y que debido a la ley de vida se fue definitivamente de mi lado, aunque ya con once años dejé de echarlo en falta.

    Un buen trabajo narrativo que se lee de un tirón y hace muy buen uso del cliffhanger, tanto que me he quedado con ganas de saber qué suerte correrá Pluto tras esa mirada indecisa de su viejo protector.
    Continuará... ¿Quién sabe?
    Un abrazo.

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    1. Hola Estrella. Como te pasó a ti, yo también tuve a mi compañero peludo. Y aún lo conservo, ocupando un puesto de honor en la estantería de mi hijo. Es un conejo al que bauticé Winnie Winki, y hasta le hice un carné, ja, ja, ja.
      Pluto tiene su inspiración en el protector de mi hijo. Aún es muy pequeño y duerme con él todas las noches. La ley de la vida dirá cuándo es el momento de la separación.
      Un abrazo enorme.

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  2. Noooooo!,... creo que ese peluche es merecedor de un indulto!!!
    Muy bueno,... y sobre todo muy bien narrado!

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    1. Yo también lo creo, Baile de Norte. Espero que así sea.
      Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  3. Ayayay...pobre peluche. Me vino a la cabeza, Woody, el vaquero de la peli Toy Story, y el la angustia que sentía cuando creí que iba a ser desterrado por los juguetes nuevos.
    Un bonito relato, Bruno. Desconocía esta faceta escritora tuya tan tierna 😉

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    1. Hola Tara. Pluto tiene su inspiración en el peluche de mi hijo, de igual nombre, y yo sólo me he limitado a mirar unos diez años en el futuro. Por supuesto bebe de las fuentes de Toy Story. ¿Cómo no? A mí también me emocionó, como casi todo lo que hace Pixar, y por eso dejo de vez en cuando salir la ternura. Je, je, je.
      Un abrazo.

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  4. Bruno, que hermoso es tu relato, visual, humano y muy veraz, tanto que te cuento esto

    Mi hija mayor se casó y ha dejado a su oso Teddy, después de tantos años durmiendo abrazada a el. Hace unos días le dije, aquí esta el pobre Teddy llorando en tu cama, ja, ja. Por suerte después de muchos años le llegó compañía, un león de peluche y una muñeca de trapo, así que no se quedó solo en la cama el oso, pero lo percibo triste...

    Me encantó leerte y ese Continuará, me parece que sea cual sea, hará feliz a Pluto, pues no fue hecho para estar solo.

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    1. Hola Harolina. Pues yo todavía conservo a mi conejo de peluche Winnie, ocupando un sitio de honor en el cuarto de mi hijo. Y espero que, cuando se cumpla la ley de la vida y mi hijo no necesite la protección de Pluto (en él me he inspirado para este relato), espero de tanto él como Winnie se hagan compañía.
      Un abrazo enorme.

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  5. Muy bueno, Bruno. Has elegido un tema tierno para recrearnos con este estupendo cuento.
    Es probable que muchos, de los que nos imaginamos monstruos para contar el micro de este reto, aún tengamos por casa un tierno peluche histórico.
    ¿Nos dejarás ahora colgados en la soga de la intriga?
    Un abrazo.

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    1. Hola Carmen. Seguro que llevas razón y muchos en el Tintero aún conserva su protector de peluche. Yo lo tengo en el cuarto de mi hijo y espero que Pluto termine haciéndole compañía. Continuará... Je, je, je.
      Un abrazo enorme.

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  6. Ya desde la forma de narrar nos transmites la ternura que inspira el personaje. Pluto es sin dudas merecedor de un indulto. ¿Qué destino tendrá?
    Un abrazo

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    1. Seguro que tiene un buen destino, Mirna. Hasta en el peor de los casos, en ese en el que acabe en la beneficencia, seguro que encuentra un nuevo dueño que le dé su calor.
      Un abrazo.

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  7. Que tierna historia la del perrito de peluche abandonado en la estantería ,después de compartir tantos años con su dueño, da penita pensar en que pueda pasar....
    Un abrazo Bruno
    Puri

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    1. Hola Puri. Llevas toda la razón pero así debe ser y Pluto no cambiaría su vida por nada del mundo. Seguro que pase lo que pase, será muy feliz. Se lo merece.
      Un abrazo.

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  8. Me parece que no va a ser capaz de deshacerse de Pluto así como así. Aunque hacerse mayor conlleve la maldición de perder la inocencia, ahí hubo algo imperecedero, ¿no? ¡Ay, Bruno! No nos puedes dejar así, XD. Qué gran relato, llevado desde el punto de vista de ese muñeco, un superviviente a temporal, o eso esperará todo el mundo que te lea.
    Magnífico.
    Un abrazo!

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    1. Hola Pepe. Pluto sabe que así debe ser y no cambiaría ni un sólo segundo vivido junto a su dueño por nada del mundo. Quién sabe, a lo mejor, en caso de acabar en la beneficencia, caiga en manos de otro pequeño al que cuidar de sus miedos.
      De todas formas, me pensaré la posibilidad de una segunda parte. Un abrazo.

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  9. Ay,Bruno! Qué bonito!! Me ha encantado. Una historia dulce y muy tierna fantásticamente escrita.

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    1. Muchas gracias Marta. No todo van a ser guerras y zombis, ¿verdad? Tenía este cuento en mi interior desde hacía mucho y ya había llegado el momento de sacarlo.
      Un abrazo enorme.

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  10. Como a Tara, esta historia me ha recordado a Andy (el niño) y a Woody (el muñeco vaquero) de Toy Story. Si para algunos niños, desembarazarse de sus muñecos puede resultar doloroso, me imagino que lo debe ser aun más para estos compañeros de juegos al verse relegados al abandono, je,je.
    Un relato muy tierno y que deja, como se requería, un final abierto y en manos de la decisión de su protagonista infantil.
    Un abrazo.

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    1. Hola Josep. Por supuesto que este relato bebe de las fuentes de Toy Story, para qué negarlo, pero mi Pluto no se mueve cuando no hay nadie cerca... O al menos eso espero, je, je, je.
      Muchas gracias por pasarte y comentar, compañero. Un abrazo.

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  11. ¡Hola, Bruno! Jo, un continuará que nos encoge el corazón y que escarba en lo más hondo de quienes hemos sido padre: el momento en el que nuestros hijos empiezan a abandonar el nido. Un momento que aterra más a los padres que a los hijos, me parece. Entroncando con el micro, siempre me llamó la atención lo desapercibidas que pasan "la última vez". Con hijos de 16 y 12 años, no recuerdo cuándo fue la última vez que los bañé o que les leí un cuento. De hecho, seguro que fui inconsciente de esa última vez, de ese momento que jamás volverá a repetirse. Un excelente micro que nos muestra lo variados que pueden ser los continuarás. Un fuerte abrazo!!

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    1. Hola David. Mi hijo aún tiene cinco años y medio, así que mis "últimas veces" son con el sacamocos y los pañales, así que puedo decir que no los echo de menos. Je, je, je. Pero comprendo perfectamente lo que dices. No nos damos cuenta de la velocidad con la que pasa el tiempo y llega el día en que nuestros hijos dejan de ser dependientes. Entonces, como Pluto, quedamos desterrados a una estantería polvorienta. Así debe ser.
      Un abrazo enorme.

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  12. Es curioso como en la vida cada historia tiene su final. Hasta los objetos inanimados perecen al paso del tiempo. Nada es eterno en este valle de lágrimas.
    Muy tierno, me ha gustado mucho. Soy un sensible.
    Un abrazo.

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    1. Me alegra un montón que te haya gustado mi relato, Francisco. Como digo en el relato, así es la vida, así deber ser, y mejor que peluches y padres nos resignemos a ello.
      Un abrazo.

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  13. Qué bueno, Bruno, me encantó ese protagonismo de un muñeco de peluche. Mira que son sobados, lamidos, mordidos, tirados, lanzados, dormidos, destrozados, sin ojos, sin patas. Si es mejor que se lo lleven a otras manos. Es Spoiler? ah, no lo sabía. Jeje. Gracias disfruté un montón leyendo la historia. Un abrazote.

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    1. Me alegro que te haya gustado este relato tan personal. Está basado en mi experiencia, con el futuro del perrito de mi hijo, al que le deseo algo mejor que coger polvo en una estantería.
      Un abrazo enorme.

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  14. Creo que en la segunda parte, veremos que pluto o tiene un nuevo propietario, o simplemente termina olvidado

    No lo se, ambos destinos son tristes

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    1. Hola Hugo. Gracias por pasarte por mi pequeño rincón.
      ¿Quién sabe? Sí Pluto termina con un nuevo dueño puede que lo quiera igual o más que el anterior. No sé...
      Un saludo.

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  15. Hola Bruno,
    Entrañable historia en la que tienes la habilidad de que empaticemos con un muñeco de peluche y llevarnos a todos a nuestros respectivos fetiches de infancia. Nos has dejado con las ganas de saber algo más sobre su dueño, del que das pistas de su recorrido en esos diez años pero poco sabemos de quién es en la actualidad.... Ganas de saber qué pasa. Muy bueno. FElicidades.

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    1. Hola Matilde. Gracias por visitar mi pequeño rincón. Como bien has visto, me he centrado en la "vida" de este perro de peluche, tocando de lado la de su dueño. A la mejor lo trato en otro relato.
      Me alegra haber conseguido hacerte partícipe de mi relato, llevándote de vuelta a la infancia. Misión cumplida.
      Un saludo.

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  16. Hola, Bruno. Inevitable la referencia a Toy Story como te han comentado varios. ¡Qué peliculón! Tu relato no desmerece y la realidad con tu mascota me ha parecido muy oportuna y el desenlace fantástico pasándola al hijo a modo de testigo, Como diciendo: esto me ha ayudado a mí, ahora te haces cargo tú.
    Saludos.

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    1. Hola Isan. Me alegra que mi relato te haya gustado. No hay mejor premio para el trabajo que se ha llevado la historia del pequeño Pluto.
      Un saludo.

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  17. ¡Hola! Como se hace referencia en otros comentarios, al leerlo no podemos evitar recordar a la famosísima Toy Story y ese concepto del juguete o muñeco que "deja de ser útil" cuando el niño crece. Pero he encontrado en tu relato algunos detalles que van más allá y me han gustado mucho: por ejemplo, encuentro mucha fuerza en esa comparación entre el juegue (tangible) y los amigos imaginarios (intangibles), terreno donde él gana ventaja, pues como dice, existe de forma material para poder ser abrazado, lo que le proporciona toda la seguridad del mundo y esto le da mucha profundidad al personaje. Por otra parte, el "continuará" tiene mucha carga dramática porque no es un final abierto, sino que, de entrada, hay dos soluciones posibles: o se queda el muñeco, o no se lo queda, y ambos caminos darían lugar a finales completamente contradictorios. Buen micro.
    Un abrazo :)

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    1. Hola M.A. Muchas gracias por visitar mi pequeño rincón. Pues sí, como bien dices (dicen los compañeros) es imposible no pesar en la saga Toy Story y sus historias sobre juguetes dejados de lado. Mi Pluto, por subrayar la diferencia, no se mueve (¡menos mal!) pero es capaz de pensar y de sentir, resultando un ser inteligente y sabio que entiende la Ley de la Vida, y de resigna a su destino, sea éste el que sea.
      Un abrazo y bienvenida.

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  18. Hola, Bruno! Soy Beri. Fantástico trabajo, compañero. Está tan bien narrado el micro que me he encariñado con el peluche y todo. Es curioso cómo las cosas con las que jugamos y nos consuelan de niños cambian de significado para nosotros cuando nos hacemos adultos. Un abrazo!

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    1. Hola Beri. Me alegra que te haya gustado mi relato. Llevas toda la razón en tu análisis, aquello que nos hizo felices y nos acompañó en nuestra infancia pierde su razón de ser cuando nos hacemos mayores, recuerdos nostálgicos de aquello que ya pasó. Es la ley de la vida.
      Un abrazo.

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  19. Entrañable relato, Bruno, incluso ha sido fácil ponerme en la piel de Pluto, y conocer esos sentimientos de amor incondicional que otorgan los juguetes en los momentos que un niño los necesita. De alguna forma tienen vida. Y tú, lo has corroborado con este fantástico micro. También me quedo con ganas de saber qué pasó con él.
    Felicidades, y gracias por este ameno rato.

    Un abrazo;)

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    1. Hola Mila. Me alegra que pienses así. Y llevas toda la razón cuando dices que de alguna forma tienen vida. Tal vez sean los miedos que diluimos gracias a ellos, o el amor con el que se lo regalamos a la persona que más queremos. Sea como sea, Pluto es especial y lo dejamos en una dura encrucijada. Aunque él no cambiaría nada de lo vivido, así de noble es.
      Un abrazo enorme.

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  20. Nosotros tenemos carne y huesos, los peluches alambre y serrín. Pero seguramente su Alma no difiera mucho de la nuestra.
    Saludos Bruno 🖐

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    1. Vaya JM. Qué bonito epílogo para la historia de Pluto. Te lo agradezco enormemente.
      Un saludo.

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  21. Conocí un "Ninou" (nombre del osito más suave del mundo) que logró que los padres de su dueño, luego de viajar kilómetros de vuelta a casa, tuvieran que volver al lugar de vacaciones a buscar un olvidado "Ninou" que su dueño reclamaba llorando con desesperación.
    Muy bien trasmitido el sentimiento, sobre todo porque ese continuará nos obliga a pensar qué ha pasado finalmente con ese primer amor. Sé por ejemplo que Ninou fue cosido y vuelto a coser y lavar muchas veces. Hoy, que su dueño es mayor de edad, no sé dónde está Ninou ni qué ha sido de él.
    Precioso relato. Un abrazo

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    1. Hola Juana. Tengo un caso parecido al de Ninou. Mi hijo no quiso quedarse a dormir en casa de su prima porque no llevaba a Pluto, y le preocupaba más el hecho de que el animal durmiera solo esa noche, por mucho que le dijimos que lo meteríamos en nuestra cama. Así de especiales son estos peluches.
      Pluto aún ocupa la cabecera de la cama. Espero que no le pierda nunca la pista. ¿No sería buen momento para preguntar por Ninou?
      Un abrazo, Juana.

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  22. Hola.
    Pobre peluche, creo que necesita otra oportunidad el pobrecito. Por otra parte me recuerda mucho a mi, pues yo aun tengo peluches de los que no puedo deshacerme.
    Por cierto, acabo de encontrar tu blog y me quedo por aquí. Te invito a pasarte por el mio.
    Nos leemos.

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    1. Hola Carolina. Pues yo también tengo el mío en la estantería de mi hijo. Se llama Winnie Winki, y hasta le hice su carné cuando era pequeño, je, je, je. Espero que el verdadero Pluto, en quien está inspirado este relato, acabe los días junto a él.
      Por supuesto que me apunto tu blog, y te invito a participar en los retos del Tintero de Oro. Encontrarás una comunidad llena de buenas letras.
      Un saludo.

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  23. Magnífico relato, maestro. Es un logro muy interesante el narrador en tercera persona, que no solo es testigo, ya que además introduce una especie de omnisciencia aparente. Hay quien describe este tipo de narrador como un bardo. Es el que embellecería la historia dándole más emoción e intriga de la que tendría realmente. La cantiga de la decadencia del peluche.
    Es un trabajo muy bueno en ese sentido. Y funciona en la medida en que en un relato tan corto, despierta emociones universales. Para ello es genial la introducción del último párrafo a partir de los puntos suspensivos. Tal vez ganase en estética , iniciando párrafo aparte con el ¡Chitón!, sin finalizar en puntos suspensivos. Es una reflexión sin más, después de leerlo en voz alta, y como siempre EMDO.
    Gracias. Un abrazo y haya salud

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    1. Hola Javier. Muchas gracias por pasarte por mi pequeño rincón literario. El reto que nos proponía David era difícil, con ese "continuará" tras sólo 250 palabras, y el resultado obtenido es de lo más satisfactorio, pues la acogida de todos vosotros ha sido espectacular. Me gusta tu idea del bardo, y esa cantiga a la decadencia. ¿Terminará allí realmente su vida o comenzará una nueva? Continuará...
      Voy a estudiar con tranquilidad ese párrafo aparte a partir de "¡Chitón!". Me encantan este tipo de sugerencias pues muchas veces me ayudan a darle al relato un nuevo enfoque.
      Muchas gracias y mucha salud.

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  24. ¡Qué micro tan emotivo, Bruno, me ha encantado! Y me ha encantado la personalidad de Pluto, que ya quisieran muchos humanos para sí.
    No he podido evitar pensar en Toy Story, y lo digo antes de leer los comentarios de los compañeros que, seguro, también lo mencionarán.
    ¡Enhorabuena, compañero!
    Te envío un fuerte abrazo.

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    1. Hola Patxi. Muchas gracias por dejar tu comentario. Me alegra que le hayas cogido cariño al viejo Pluto; seguro que sea cual sea su futuro será digno de contar. Y por supuesto que tiene mucho de Toy Story. Es un sincero homenaje a la saga de Pixar, desde el punto de vista de este escritor amateur.
      Un abrazo enorme, compañero.

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  25. Cómo siempre disfruto mucho de las historias que nos traes Bruno, me encantó mucho, porque darle vida a algo inanimado y aún más trasciende si este también le damos un poco de sentimiento. Gracias por compartir. Aprendo mucho con ustedes. Saludos cordiales desde Venezuela

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    1. Hola Raquel. Me alegro que te gusten tanto mis pequeñas historias. Desde luego, con compañeros como vosotros, merece la pena el trabajo.
      Un abrazo enorme desde España.

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