miércoles, 27 de julio de 2016

Zomblince


Nota: Éste es un texto de estructura experimental. De guionista tengo menos que nada así que si hay alguno en la sala, por favor, que no me tenga en cuenta los fallos que seguro encontrará.


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La oficina de la productora Plan 9 no era más que una habitación de la casa que Edu del Bosque compartía con su madre, atestada de papeles, maquetas y material artístico de toda índole. Edu trabajaba con una vieja Smith-Corona en el guión de Zomblince, su nueva cinta fantástica, donde compaginaría la labor de guionista con la de director, productor y responsable de atrezzo, entre otras muchas ocupaciones, algo habitual en sus películas de bajo presupuesto.

lunes, 4 de julio de 2016

La reja del Diablo


Este relato forma parte del libro recopilatorio 66 relatos compulsivos, resultado del gran esfuerzo realizado por Sue Celentano desde su comunidad Relatos compulsivos.
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Al hombre que se hacía llamar Adolfo Milton le gustaba disfrutar del frescor de la mañana. Recorría sin prisas la calle Hombre de Piedra en dirección a la Alameda de Hércules y al llegar a la altura del vestigio arqueológico al que debía su nombre, un torso romano de relieves diluidos empotrado en la fachada del número 10, evocó la leyenda local que afirmaba que esos eran los restos de un tal Mateo el Rubio, al que un prodigio divino transformó en piedra por blasfemo.


El «Hombre de piedra»

El Señor Milton esbozó una sonrisa ante la simpleza del pensamiento popular, encadenando el recuerdo de la leyenda del hombre de piedra con aquella otra que afirmaba que en el barrio de Santa Cruz, en uno de los caserones que dibujan las intrincadas calles de la laberíntica Judería, se encontraba la Reja del Diablo, llamada así porque sus barrotes no estaban soldados ni atornillados, sino entrelazados a la manera de un tejido, algo tan complejo para la época que sólo podía ser un artificio de Satanás. ¡Bendita superstición! En su vieja vida había ejercido muchas profesiones; de hecho, ahora se dirigía a la nueva sucursal que el grupo bancario italiano Quarto Cerchio había abierto en la capital andaluza, donde ocupaba el cargo de director, pero no recordaba que la orfebrería hubiera sido nunca una de sus ambiciones.



«La Reja del Diablo» en el barrio de Santa Cruz (Sevilla).
Fotografía de J. M. Angulo Maldonado

Regodeándose en los años de insomnio y privaciones que conseguiría con cada hipoteca y préstamo que concediera aquel día, el señor Milton no pudo contener una inquietante sonrisa, sobresaltando a dos monjas vestidas de áspero hábito marrón que no dudaron en apartarse del camino del banquero tras santiguarse con temor. Y la más joven, que siglos después sería canonizada con el nombre de Santa Gerónima, dejaría escrito en sus memorias que ese día vio sonreír al Diablo.

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Serie Adolfo Milton



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