viernes, 14 de junio de 2024

Madeja de desconcierto

 


Siento los párpados pesados, como si tuviera una fuerte resaca. Con las persianas bajadas al completo, la única luz que ilumina la habitación procede de un pequeño aplique colocado sobre el cabecero, origen de la penumbra blanquecina por la que vagabundea mi conciencia totalmente desorientada.

–¿Dónde estoy? –pregunto a la presencia sentada en el sillón junto a la cama.

–Tranquilo, Álex –me responde una voz conocida–. Estoy aquí. Te he inyectado un calmante.

»Descansa, yo vigilo.

«¿Calmante?». «¡¿Yo vigilo?!». A pesar de tan extrañas palabras, a las que mi cerebro amodorrado busca una explicación, vuelvo a dormirme sin remedio, acunado por la nana química de los fármacos. Minutos, horas, días después, consigo abrir de nuevo los ojos para no volverlos a cerrar.

Misma habitación, misma luz, misma irrealidad. Jorge, ahora lo reconozco, dormita desbaratado sobre un incómodo sillón de brazos resquebrajados. Aprovecho su descanso para mirar en derredor, a la búsqueda de la clave que desentrañe esta madeja de desconcierto, pero cuanto veo sólo la enmaraña aún más.

Una silla ha sido colocada bajo la manilla de la puerta, bloqueando el paso, y material de lo más diverso se haya almacenado por doquier. Garrafas de agua, comida enlatada, botiquines,… ¡Un hacha de generosas proporciones sobre el regazo de mi amigo! ¿Es eso sangre?

–¡Jorge! ¡¿Qué ha pasado?!

Lo último lo digo a voz en grito para sobresalto de Jorge. «¡Chisss…! Calla, por favor, o nos oirán», dice muy bajito, súplica desesperada al silencio que torna mi perplejidad en cólera.

–¡¿Quién nos va a oír?!

–Baja la voz, por favor.

–¿Qué cojones…?

–Por favor…

–De acuerdo.

–Gracias. No sabes por lo que he pasado estos días. Dime, ¿qué es lo último que recuerdas?

–¿Lo último que recuerdo?

No es fácil hacer memoria. Era viernes, seguro, pues estaba con Jorge en el bar de Bosco, disfrutando de uno de sus estupendos serranitos. Después… ¿Después?, sólo oscuridad, hasta despertar en aquella habitación hospitalaria.

–Una peritonitis –me aclara Jorge–. Hubo que ingresarte de urgencia y la cosa se complicó un poco. Llevas tres días inconsciente.

–¿Qué dicen los médicos?

–Verás, han pasado muchas cosas en estos tres días.

A media voz, tomándose largas pausas para que pueda asimilarlo, Jorge me habla de un brote vírico que sacudió la ciudad ese mismo viernes, llevándola al colapso.

–¿Una nueva cepa de COVID?

–Nada de COVID, amigo mío. Un brote zombi. Como los de las pelis pero tan reales como tú y como yo.

–¿Un brote zombi? ¡Venga ya, Jorge!

–Te lo juro por lo que más quieras, Álex. Unos malditos zombis hijos de…

Con una amargura que no le conocía, Jorge me muestra su brazo izquierdo, cubierto de arriba abajo por mordeduras de bordes putrefactos.

–Me han mordido, Álex. Me han mordido… ¡Estoy muerto! Muerto, joder…

–¡Jorge! Yo…

–Ya da igual –dice resignado–. He reunido para ti el poco material que no se llevaron los saqueadores, atándome después al sillón por si mi transformación te pillaba dormido.

–¡Esto es una locura, Jorge!

–Eso quisiera yo…

–¡¡DÉJATE DE GILIPOYECES!!

–¡Chisss…! No grites.

De repente algo golpea la puerta, ¡PUM!, seguido de un continuo rascar, a la manera de un perro desesperado por entrar. Pero el gemido antinatural que nos llega no deja dudas de la espeluznante naturaleza del ser que intenta girar la manilla.

–Debes huir, Álex, antes de que lleguen más.

–¿Y tú?

–Poco puedo ayudarte ya. Siento la cabeza ardiendo. Se me nubla la vista…

 –¡Jorge, sigue contigo! Vamos a salir de aquí juntos –los recuerdos afloran haciéndome un nudo en la garganta. Momentos felices se mezclan con otros más amargos, todos ellos piezas indispensables de la inquebrantable amistad que forjaron dos niños en un salón recreativo cuando nada había mejor que compartir un puñado de píxeles por valor de 25 pesetas.

–Vete, Álex.

–¿Y abandonarte?

–No hay otra manera.

Las lágrimas me libran de asistir a la muerte de mi amigo. Pero no será uno de ellos, me juro, no mientras pueda evitarlo y con fría determinación levanto el hacha para hacerla caer sobre su cabeza exangüe.

En la neblina de irrealidad donde me muevo imagino a Jorge abriendo los ojos, espantado, y suplicar que me detenga con los brazos extendidos pero ya el hacha hace su misericordioso trabajo, y vestido con la sangre de quien fuera mi amigo salgo al pasillo convertido en el ángel de la venganza, enfrentándome a la horda congregada ante la puerta. «¡ACABARÉ CON VOSOTROS, CABRONESSS…!», grito, y a golpes de hacha los libero de su miserable condición.

 

CANAL DE NOTICIAS 24/7

 

«En el parque de las Tres Chimeneas han aumentado los incidentes protagonizados por adictos a la llamada droga caníbal quienes atacan sin provocación alguna… Un momento. Arturo de Benjumeda nos pide paso desde el Hospital Universitario Virgen de los Buenos Libros. Adelante, Arturo.»

 

«Lo que debería haber sido una broma del polémico programa ¡ZASCA! se ha tornado en tragedia cuando Alexis Villegas, de cuarenta y siete años, ha acabado con la vida de cinco personas y herido de diversa consideración a otras tantas. Ayudados por un cómplice, el equipo del programa convenció a Alexis de despertar tras una falsa intervención bajo la amenaza de una epidemia zombi. Lo que nadie pudo prever fue la violenta respuesta de la víctima azuzada por el realismo del engaño. Les avisamos de la dureza de las imágenes.»

 

«¿Y abandonarte?»

«No hay otra manera… ¿Pero qué…? ¡Álex! ¡¡NOOO…!!»

«¡¡¡CHASSS!!!»

 

B.A.: 2024


45 comentarios:

  1. Tremendo relato y que real! Eso fue la perdición de sus víctimas! Y es que cada vez nos cuesta más, en este mundo loco, manipulado y trucado, lleno de efectos especiales, distinguir la verdad de la ficción! Muy buen relato! un abrazote y mucha suerte en el concurso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Marifelita. Me alegra, que te haya parecido tan real. Vivimos en un mundo en el que todos los días nos intentan colar una noticia falsa y lo malo es que, aunque se desenmascare al mentiroso, no le pasa nada.
      En mi relato no es tanto una noticia falsa como una broma de mal gusto pero el resultado es terrible.
      Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo grande.

      Eliminar
  2. Es tal como dice marifelita, el mundo de la imagen, las noticias falsas y demás nos han llevado a un mundo donde es cada vez más dif´cil distinguir realidad de ficción, con lo cual actuamos transformando ficción en cruel realidad. Estupendo Bruno. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Juana. Realidad y ficción, qué difícil es diferenciarlas, ¿verdad? Vivimos un mundo en el que ya nada es lo que parece. ¿A dónde vamos a llegar?
      Un abrazo grande.

      Eliminar
  3. ¿Je, je..!

    Que se le va a hacer....

    ResponderEliminar
  4. Excelente Bruno te felicito, muy buen relato.
    La verdad es que estos programas de bromas televisivas nunca me han gustado, tanta broma y ahí esta el resultado...
    Un abrazo.
    PATRICIA F.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Patricia. No sabemos poner límites a nuestras bromas, opiniones o actos, y los resultados pueden ser totalmente inesperados.
      Me alegra que te haya gustado. Un abrazo enorme.

      Eliminar
  5. ¡Hola, Bruno! Hay un programa de televisión que me encanta "1000 maneras de morir". Creo que tu relato podría entrar perfectamente en él, je, je, je... Yo ya ni me preocupo por las noticias, parto de que todo es una mentira o una media verdad y dejo que el tiempo ponga cada hecho en su sitio para ir formándome una opinión, más o menos. También es verdad que el pobre prota de tu relato no tenía demasiado y, ante la duda, primero disparar, o cortar la cabeza, y luego preguntar. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, David. Desde luego que encaja perfectamente en ese programa. ¿Quién iba a suponer tan "gran muestra de amor y compasión" hacia su amigo? De todas formas, ese brote de incidentes relacionados con la droga caníbal me da muy mala espina, je, je, je.
      Muchas gracias por tu comentario, David. Me alegro mucho tenerte por aquí.
      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  6. Menuda broma...En este mundo de hoy a veces resulta difícil separar la realidad de la ficción. Buen relato. Suerte!
    lady_p

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego, Sibila. Y si además sumamos los productos realizados por las inteligencias artificiales, cada vez más, pues estamos condenados a vivir en un mundo de irrealidades.
      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  7. Error de los planificados de la broma televisiva. Con un hacha de goma hubiera sido suficiente. ¿Quien va a ir a la cárcel ahora?
    ¿nadie? ¿ el primo? ¿ daños colaterales irremediablemente unidos a la broma?
    Estoy en David en wue todas las noticias que no te afecte directamente ati o a los tuyos, poco importa que sean verdad o mentira.
    Pero bueno, a este sí que le afectaba directamente. Había que hacer algo y rápido. desenlace inevitable.
    Muy bueno y muy bien conducido.
    muy acertado el recurso de la cama, que ya nos conduce por un camino.
    Abrazooo u suerte en el co curso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Gabiliante. Se ve que querían conseguir tal grado de realismo que no pensaron en un hacha de goma. La broma le salió muy cara. ¿Y quién es el responsable? El juez que tome rl caso tiene un hueso duro que roer aunque ese brote de incidentes relacionados con la droga caníbal es para tener en cuenta, je, je, je.
      Gracias por tu comentario. Un abrazo.

      Eliminar
  8. Buenísimo. Cada vez los bromistas hacen cada cosa que bien merece un final así para ver si aprenden. Por alguna razón tuve la certeza de que habría algo de zombis involucrados, lo que no preví es que todo fuera una broma que sale mal. Me gusta cómo lo narras y lo ambientas. Excelente propuesta para el concurso. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Tigrilla. Me alegra haber conseguido mantener el engaño hasta el final; ese giro de tuerca final era la base de todo mi relato. De todas formas, cuidado con los incidentes del parque de las Tres Chimeneas. Algo raro hay ahí, te lo digo yo, je, je, je.
      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  9. Hola Bruno.
    ¡¡¡Jooooderrr!!! Por supuesto, me hiciste recordar la invasión extraterrestre narrada por Orson Welles, por radio con el guión de La guerra de los mundos. Hablamos de que cada vez es más difícil distinguir realidad de ficción, pero esto pasó en 1938. Y estoy segura que tu relato desataría el mismo pánico que entonces y episodios como el que cuentas.
    ¿Seguimos siendo inocentes? ¿Nos creemos cualquier cosa? Por lo visto, sí.
    No sé por qué yo pensé en uno de esos eventos de zombis que organizan en algunos pueblos y tienen tanto éxito.
    ¡Me gusta tu relato! ¡Excelente propuesta!
    Un abrazo grande.
    Marlen

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Marlen. Me alegra que te haya gustado mi propuesta y me gusta que le hayas sacado un paralelismo con la invasión narrada por el maestro Welles. Cada vez es más difícil distinguir entre fantasía o realidad, necesitando de un elemento externo en el que confiamos (y eso es ya poner nuestras decisiones y pensamientos en manos de otro) que nos ayude a discernirlas. Y la I.A. no nos lo está poniendo nada fácil, necesitando otra I.A. que desenmascare a la anterior. Vaya futuro nos espera.
      Gracias por tus palabras. Un abrazo enorme.

      Eliminar
  10. Hola, Bruno. Genial. Qué bien has mantenido la incógnita sobre lo que estaba sucediendo y qué bueno ese último giro que devuelve la historia a la realidad. Un relato fantástico. Me ha encantado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Marta. Toda la idea giraba en esa vuelta de tuerca final y me alegra haberos llevado bien hasta ella sin perderos por el camino. Es la dificultad y el atractivo de tenernos que ceñir a 900 palabras.
      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  11. Coño, ¡que me han matado! No podía faltar una historia de zombis de las tuyas, Bruno, y ciertamente Alex despierta a una realidad que no entiende, como pedía la convocatoria, pero que no entiende ni remotamente. La broma es más que pesada, pero a los supervivientes no les van a quedar ganas de hacer más, se lo tienen merecido. Sorprende como a base de diálogos nos metes completamente en la escena y captas nuestra atención por resolver el enigma de la hospitalización de Alex. No había apocalipsis zombi, pero a juzgar por los efectos de la droga caníbal poco falta para ello. Buena aportación al reto. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Jorge. El problema de las bromas es que nunca sabe el bromista cómo va a responder la víctima. Álex despierta en un mundo que no entiende y actúa en él como cree que debe hacerlo. ¿Quién iba a suponer que querría liberar a su amigo de la esclavitud zombi? Desde luego, creo que a la productora del programa ¡ZASCA! le va a costar más de un disgusto.
      Y te sugiero que estés atento a esa "droga caníbal". Mis relatos suelen estar entrelazados en un universo ¿bruniano? ¿brunístico? y no sé yo si estamos realmente ante un brote zombi... Veremos, je, je, je.
      Un abrazo enorme y mucho cuidado con las bromas de mal gusto.

      Eliminar
  12. Ostras. La madre que los parió con la bromita. Si es que tantas películas de zombis que al final uno se lo cree todo. Qué horror!!! Muy bueno. Un abrazo y suerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Nuria. La verdad es que hay bromas de muy mal gusto. ¿Quién iba a suponer que Álex respondería de la forma que lo hizo?
      Me alegra que te haya gustado mi relato zombi. Un abrazo.

      Eliminar
  13. Hola Bruno me parece una muy buena propuesta cuando las bromas se van de las manos y quien las vive pasa de victima a verdugo. Suerte en el concurso. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto, Ainhoa. Hay bromas que se pasan de la raya y ésta tuvo trágicas consecuencias.
      Gracias por tu comentario. Un abrazo enorme.

      Eliminar
  14. Respuestas
    1. Gracias, Guille. Y cuidado con las bromas de mal gusto, je, je, je.
      Un abrazo fuerte.

      Eliminar
  15. Hola, compañero. Excelente relato que parece una cosa y termina siendo otra muy distinta. Me has tenido en ascuas, y engañado, hasta el final. Y no me ha pasado desapercibida la referencia al bar de Bosco, aquel a quien, en otro de tus magníficos relatos, casi se cargan de un navajazo. Muy bueno, Bruno. Suerte en el concurso y un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se me olvidaba: el título es una maravilla.

      Eliminar
    2. Hola, Enrique. Muy bien vista esa referencia al bar de Bosco. Me gusta que mis relatos, en la medida de lo posible, estén conectados unos con otros, creando un universo propio que voy aumentando poquito a poco.
      Estoy contento por haber conseguido ataparos hasta el final, hasta ese giro de tuerca sobre el que cimenté mi propuesta. Vere3mos en qué termina la historia de Álex, y la de esa droga caníbal que pudiera no ser lo que parece, je, je, je.
      Respecto al título, creo que refleja muy bien el despertar de Álex a esa ¿nueva realidad? Fue todo un acierto de última hora.
      Un abrazo enorme y cuidado con las bromas.

      Eliminar
  16. Lo inquietante del relato es que podría suceder, con los extremos a los que se llega con los reality shows, que promueve conductas desbordadas, potencialmente peligrosas.
    La supuesta broma estuvo excesivamente lograda, Alexis se la tomo muy en serio. Y resultó más letal de lo previsto.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Demiurgo. En la actualidad, entre programas especializados en este tipo de bromas y la I.A que moldea la realidad al antojo del más ceporro (a quien sólo se le pide pulsar un botón), vivimos en un mundo lleno de mentiras cada vez más difíciles de desenmascarar. En esta ocasión, la broma le salió muy cara a quienes la promovieron y apoyaron. Vaya papelón le toca al señor juez.
      Un saludo. Gracias por pasarte y comentar.

      Eliminar
  17. Vaya relato más macabro, Bruno, el desconcierto inicial paso a una historia de barbarie con guiños al thriller zombi. Y la escena final tan visual como desgarradora.
    Muchas gracias por participar, mucha suerte y un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Pepe. Una broma macabra que termina en tragedia. Cada vez nos es más difícil distinguir fantasía de realidad y eso tiene consecuencias.
      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  18. Supongo eso sucede cuando se hacen experimentos sociales como el famoso caso Stanford. Los sujetos sometidos a esa clase de situaciones deben estar totalmente preparados y concientes de lo que ocurrira ANTES de someterse a cualquier cosa. Y por encima de todo: No dejar hachas o cuchillos cerca de ellos. Todo esto requiere camaras y personal de seguridad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La productora del programa ¡ZASCA! se caracteriza por sus polémicas bromas aunque en esta particular se le fue la mano. No sólo llevó a una persona más allá de los límites de su control, además puso a su alcance un hacha de verdad, con el único propósito de darle más realismo a la ilusión. El resultado fue, como no podía ser de otra forma, una tragedia de enormes proporciones.
      Gracias por comentar. Un saludo.

      Eliminar
  19. Muy bueno Bruno, lo malo de esto es que puede suceder y sin que nadie le ponga remedio nos lo creemos .
    Lo que empezó siendo una broma terminó en mal.
    Un abrazo
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, Puri. Y si no veamos las últimas obras de la I.A., son tan reales que no sabemos distinguir las de la realidad.
      Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo grande.

      Eliminar
  20. ¡Joder! Debió de ser muy buen actor su amigo para convencerlo de tal esperpento, y eso que Alex le dio el hachazo mortal con toda su buena voluntad para evitar un mal mayor.
    Yo me lo he creído, se debe a tu buen hacer (escribir e imaginar) y no esperaba ese final de broma teleisiva hiperrealista que tanto me revientan.
    Se lo crean o no, yo tengo una zombi en casa, mi propia madre con mente peturbada, es muy triste, de vez en cuando se cree que la atacamos y se defiende a mordiscos, ¡tal cual! Otras veces es una delicia de mujer, la que solía ser antaño, pero dura poco su dulzura, imagino esa mente peturbada y tiene que ser un nfierno ¡pobrecita!
    Lo has escrito genial, Bruno, conritmo, diálogos, acción y sorpresa final. ¡Un crac, Bruno!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Isabel. Te agradezco enormemente tus palabras. No hay premio mejor que llegar al corazón de los compañeros del Tintero. Gracias.
      Supongo que Jorge era buen actor, y si a eso le sumamos el cóctel de drogas que debieron meterme al pobre de Álex... ¡Cómo para no perder la cabeza y emprenderla a hachazos de buena voluntad! No me gustaría estar en su piel, y en su cabeza, cuando descubriera el engaño.
      Me apena la situación de tu madre y de toda tu familia. No puede ser fácil ver en ese estado a quien en otro tiempo te dio todo su amor y cariño. Te envío toda la fuerza del mundo y un fortísimo abrazo. Mucho ánimo.

      Eliminar
  21. La locura, las alucinaciones pueden llevarnos a creer cosas que no son y hacer estragos irremediables.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un engaño en exceso realista puede tener consecuencias inesperadas. Algunos aprenderán. Otros ya no pueden hacerlo.
      Gracias por tu comentario. Un saludo.

      Eliminar
  22. Ufff, Bruno, menuda historia tan terrorífica has escrito. No le falta de nada: un ambiente kafkiano, zombies y una broma de mal gusto que acaba en la peor de las tragedias. Por mi parte me había creído totalmente la historia de los zombies y la sorpresa final sin duda me dejó en una auténtica "madeja de desconcierto". Pobre Alex, cuando descubra la verdad... Una historia muy bien narrada de principio a fin, te felicito. Suerte en el concurso y un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras, Cristina. Ha sido complicado llegar a esa vuelta de tuerca final, origen de esta historia, pero el esfuerzo ha valido la pena, sin duda.
      Un abrazo enorme. Muchas gracias de corazón.

      Eliminar