Nota: Imágenes sacadas de internes para su retoque.
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Hacia la mitad del
puente recibe una nueva notificación. ¡Bip! No debería leerla pero le es
imposible resistirse al embrujo. Y allí está el veneno de siempre. Que si ha
arruinado su infancia. Que si ojalá muriera entre dolores. Que si su madre
debería haber abortado…
Le
es imposible recordar las veces que ha cambiado de número de teléfono.
Impotente, con el móvil fuertemente agarrado, maldice por enésima vez aquella
audición, «El papel de mi vida», como le dijo a su orgullosa madre. Sí, claro,
el papel de su vida. Ser parte de la saga fantástica Zomblince debería haber sido su catapulta al estrellato y no una
caída en picado hacia los infiernos.
Mensajes,
pintadas, ruedas pinchadas,… ¡Hasta correo postal había recibido conteniendo lo
peor del ser humano! ¿Qué culpa tenía ella de que el director, mediante un disparatado
giro de guión, transformara en mujer al apreciado doctor Anderson, protagonista
de los cómics oficiales de la saga? Por si fuera poco era negra y homosexual, la
combinación perfecta para desencadenar la tormenta del odio en el mundo de los haters.
Las
aguas susurran al pasar entre los pilares del puente centenario, canto de
sirena que atrae a la joven al descanso del olvido eterno. Y con cada segundo transcurrido
más inclina el torso sobre la barandilla, el áspero metal tibio por el calor de
su afiebrado cuerpo. «Perdóname, mamá», murmura entre lágrimas e inicia una
cuenta atrás que nunca debió iniciarse.
Tres.
Dos.
Un…
–¿Se
te ha caído algo?
Una
niña de siete u ocho años clava sus inocentes ojos en ella, exigiendo una
respuesta. Junto a ella se encuentra un hombre, su padre por el evidente
parecido, quien con el móvil en una mano y la chaqueta tirada en el suelo se
prepara para lo peor.
–Sí
–miente la joven a la desesperada–. Una medallita.
–Pues
creo que la has perdido.
–Eso
creo yo también.
–¿Podemos
ayudarla? –pregunta el hombre algo más calmado al ver cómo la joven se aleja
del borde.
–Nadie
puede ayudarme.
–En
eso se equivoca, señorita Reina.
–Me
ha reconocido.
–Desde
hace años sigo la prometedora carrera de Gracia Reina.
–¿Prometedora,
dice? No me haga reír.
–No
era mi intensión.
–Esto…
Un momento. ¿Usted no es ese actor que…?
–Sí.
Yo soy ese actor que también perdió una medallita.
¿Misma ciudad? ¿Mismo río?... Mismo infierno.
Constantino Rivero, Tino para los
amigos, no veía salida alguna. Las aguas fluían violentas a causa de las
últimas lluvias pero en ellas el hombre sólo veía la paz negada. El fandom es capaz de lo mejor, pero también de lo peor, y desgraciadamente suelen
ser quienes odian los que más tiempo y energías dedican a las redes sociales.
La película era mala, de las peor
valoradas por Rotten
Tomatoes, no así su trabajo. Pero los haters lo tomaron a él como chivo expiatorio.
Quién sabe si por haber sustituido al actor escogido en primer lugar para el
papel, por ser murciano o por dejarse barba. La razón era lo de menos para los
sinrazón. Se había convertido en un apestado y ningún productor quería entre
sus filas al blanco de la ira de los violentos. El destierro al inframundo de
la teletienda fue la única forma digna de ganarse la vida que encontró y ni aún
así dejaban de acosarle.
Un nuevo mensaje. ¡Ti-tum! Con
sorpresa vio que era de Raquel, su esposa, quien le enviaba tres emojis de corazones bajo una fotografía que el temblor de la culpabilidad
abrió a pantalla completa, surgiendo ante sus ojos un test de embarazo.
¡¿Positivo?! Tino llamó a Raquel y mientras hablaban de la buena nueva se alejó
con decisión de las aguas, furiosas por no recibir el sacrificio prometido.
–Mi hija Ángela me
salvó aquel día –le comenta Tino a Gracia, sentados ante sendas tazas de café.
La pequeña se halla alejada de los adultos, disfrutando de un helado mientras
juega al Candy Crush–, y hoy me
gustaría ayudarla a usted.
–Pero
es tan difícil…
–Lo
sé y por eso le propongo una cosa. Venga el viernes por la tarde a la librería El perro de Ulises. Hay jornada cultural
y varios compañeros iremos allí a charlar con los vecinos del barrio. Creo que
puede venirle muy bien la compañía.
–No
sé si…
–Por
favor.
–Si
insiste.
–Insisto.
La librería rebosa de
actividad. Tino sonríe en cuanto la ve aparecer y desplegando sus grandes dotes
actorales, sin nada que envidiar a Hugh Jackman en El gran showman, anuncia a la apretada concurrencia:
–Ladies and gentleman! ¡Niños y niñas! Un
momento de atención, por favor. Nos hemos reunido hoy aquí para asistir a la
inauguración del Club de Fans de Gracia Reina. ¡Y qué mejor forma de hacerlo
que de mano de la mismísima doctora Anderson! Amigos míos, demostrémosle nuestro
cariño con este fuerte aplauso.
La
ovación es atronadora y cuando la joven quiere darse cuenta ya se halla sentada
tras una mesa, firmando autógrafos a diestro y siniestro. «Su interpretación en
Zomblince fue inspiradora», dice
alguien. «¿Cuál será su próximo papel?», le preguntan desde atrás. «Debe
haberlo pasado tan mal…»
–Tino,
esto es un sueño –se hace oír Gracia por encima del barullo.
–Fue
anunciar el club en las redes y al momento ya había docenas de inscripciones.
–Muchas
gracias. No sé cómo…
–Disfrútalo.
Te lo mereces.
¡Bip!
Llega una nueva notificación pero Gracia la ignora henchida de felicidad.
B.A.: 2023
Muchas gracias, Bruno, por participar con este relato en el homenaje a Harper Lee. Mucha suerte.
ResponderEliminarMuchas gracias por este reto tan fascinante. Un trabajo genial.
EliminarGenial, compañero. Me encanta la historia y los cambios de ritmo que implementas. Suerte y un abrazo.
ResponderEliminarHola, Enrique. Bienvenido a mi pequeño rincón. Te leeré en los próximos días. Un abrazo.
EliminarHola querido Bruno. No hay que perder la esperanza ni en los peores momentos, claro que eso se dice fácil desde fuera del infierno, pero mira, Grace Reina tuvo un encuentro fortuito con Constantino Rivero, ¿o debería llamarse Ángel?
ResponderEliminarHola, Tara. Pues sí, es difícil dslir del infierno pero como dice aquella genial frase: la noche es más oscura justo antes del amanecer.
EliminarUn abrazo enorme.
Hola Bruno, es que cuando se acostumbra el ser humano, le cuesta aceptar el cambio y saca lo peor de si mismo. Buen aporte. Suerte. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Nuria. Como dice el relato, el dándonos es capaz de lo peor y eso es extensible a todo el ser humano. No hay más que ver las noticias. Desgraciadamente.
EliminarUn abrazo enorme.
Los pendientes de la imagen del otro, los que proyectan sus prejuicios, debilidades y faltas en el otro, no solo no aprenden nada sobre sí mismos sino que son capaces de destruir si hacerse cargo, sin culpas. En cambio, aquellos que de algún modo han pasado por el sufrimiento, y la mirada inocente de los niños, nos salvan de la maledicencia y de nosotros mismos. Bravo, Bruno
ResponderEliminarHola, Juana. Somos capaces de destruir al prójimo por una nimiedad o sin razón alguna, y lo peor es que la Red permite hacerlo al instante, desde el anonimato y sin culpa. Debemos educar a los nuestros desde pequeños para evitar estas barbaridades.
EliminarMe alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Muy buena historia Bruno, me gustó el giro del final.
ResponderEliminarLa redes sociales están llenas de veneno o gente venenosa que se cree con derecho a escupir su odio a otros, lamentable.
Saludos.
PATRICIA F.
Gracias, Patricia. Poseía decir que mi relato se basa en hechos reales pues son muchos los actores de la saga Star Wars que han sufrido en sus carnes el odio del fandom mal entendido. Uno de ellos incluso estuvo a punto de suicidarse. A día de hoy parece que las aguas han vuelto a su cauce, algo de lo que me alegro.
EliminarUn saludo.
Interesante planteo, muy original.
ResponderEliminarPuede ser que esos cambios, con respecto al material original, suelen ser molestos. Los espectadores pueden tener razón, al expresar su descontento. Pero a veces se vuelven agresivos con la persona equivocada.
Tal Gracia Reina se lo tomó personal, en una forma extrema. Pero no todos están capacitados para soportar la adversidad.
Por suerte, encontró a un actor que había pasado por algo similar. Quien le presentó a quienes la admiraban.
Muy bien contado.
Hola, Demiurgo. La verdad es que son muchos los que se toman a la tremenda los cambios inesperados en sagas muy seguidas como Star Wars o James Bond. Y es lícito que demuestren su descontento. Pero nunca de formas agresiva o destructiva pues hay personas como mi Gracia Reina incapaz de soportarlo.
EliminarUn saludo.
Un punto de vista muy diferente. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Guille. Me alegra que te haya gustado.
EliminarEl mundo del espectáculo es cruel e implacable! Un día estás en lo más alto y al siguiente ya te han olvidado! Todo es muy efímero, siempre se busca la novedad constante! Es duro pero la vocación y el talento lo puede todo! Un abrazote!
ResponderEliminarPues sí, Marifelita. El mundo del espectáculo es muy efímero y si a eso se le añade la crueldad de ciertos individuos... Hay que tener mucha vocación para aguantarlo.
EliminarUn abrazo.
Hola Bruno. Una historia trepidante que parece una montaña rusa de emociones y simboliza el atroz mundo de la televisión donde de pronto eres el presentador o protagonista más querido y de pronto el más odiado. Sólo la ayuda de quien lo ha vivido, puede entenderte y salvarte. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo. Marlen.
Hoja, Marlen. Ser el más querido o el más odiado está a un solo clic, y muchos, que no comprenden que al fin y al cabo todo es ficción, dejan salir toda su mala leche. Caiga quien caiga.
EliminarMe alegra que te haya gustado. Un abrazo enorme.
¡Hola Bruno! Interesante relato en el que has escogido un tema que últimamente cada vez abunda más. Gente que se esconde tras una pantalla para criticarlo todo de la peor manera posible. Que como dices en otro comentario más arriba puedes no estar de acuerdo con algo y estás en tu derecho de comentarlo, pero podrían ahorrarse ese odio extremo que vierten en redes.
ResponderEliminarCada vez son más las películas que sufren este tipo de odio. Ha pasado con Star Wars como bien dices, pero también con La Sirenita o con Blancanieves (que aún ni se ha estrenado).
En la serie de juego de tronos también ocurrió algo parecido. El actor que daba vida a Joffrey Baratheon no ha vuelto a aparecer en pantalla en mucho tiempo por los mensajes de odio que le enviaba el fandom, como si él tuviera la culpa de las acciones del personaje que interpretaba.
Un saludo y mucha suerte en el concurso.
Hola, Rocío. Y desgraciadamente más y más películas y series son atacadas por estos mal llamados fan, "insultados" porque no se respeta el canon. Las opiniones son todas respetables pero más la vida de los actores que no hacen más que interpretar un papel.
EliminarUn abrazo enorme. Gracias por comentar.
Hola, Bruno. Otra gran injusticia, y que está al orden del día. Las redes y el odio vertido en ellas. Es triste que las redes sociales nacieron para unir dentro de lo global y parece que lo único que sirve ahora es para crear violencia, odio.... Estupendo relato, con buen ritmo. Felicidades.
ResponderEliminarHola M. T. Es una pena que con todo lo bueno que se puede hacer con las redes sociales sea utilizado por unos pocos para soltar su veneno sin discriminación y desde el anonimato.
EliminarMe alegra que te haya gustado. Un abrazo enorme.
Hola Bruno. Ya hacía tiempo que la saga Zomblince no aparecía por tus relatos, me alegra saber que sigue viva. Los nuevos tiempos y la tecnología traen nuevas formas de odio y acoso que antes no existían, y es que abrir las puertas de par en par a las miserias humanas no puede traer nada bueno. La cultura de la cancelación, que tan de moda está en nuestros tiempos, por opinar, por no hacerlo, por hablar o por callar, por ir en contra de los dogmas establecidos desde los medios y la política, o simplemente por estar ahí y ser famoso. Tan pronto te aman como te odian, así somos de volubles. Muy bien planteado el tema, con final feliz gracias a Constantino y a su inocente hija Ángela, que como su nombre indica se convirtió en un ángel salvador, que han conseguido que Gracia Reyes se vea a si misma como es y no quieren hacerla ver algunos desalmados. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge. ¿Cómo olvidar mi saga de zombis linces? Je, je, je. Retorno a ella siempre que puedo y este relato era la excusa perfecta para ello. Mis personajes son un leve reflejo de dos actores que han sufrido las iras del fandom en mi querida Star Wars, Ahmed Best por su papel de Jar Jar Binks y Kelly Marie Tran por interpretar a Rose Tico. Ahmed incluso confesó haber pensado en el suicidio, y todo por hacer su trabajo. El anonimato de las redes sociales nos permite escupir nuestro odio sin apenas consecuencias, y el que ayer era apreciado hoy es odiado con igual o más intensidad. Volubles, como tú bien dices.
EliminarMuchas gracias por tu visita. Un abrazo enorme.
Muy buen relato, Bruno. Un argumento muy original que incide en un tipo de injusticias, "tecnológicas" podríamos denominarlas, que también son capaces de arruinar la vida de muchas personas. Muy buena aportación, suerte.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Antonio. Y para colmo, esta injusticias "tecnológicas" son inmediatas, anónimas y sin apenas consecuencias para el que destila su odio, y la víctima no tiene forma de defenderse. Menos mal que existe otro fandom que respeta el trabajo de estos profesionales.
EliminarUn saludo.
Muy buen relato, Bruno. A veces basta un pequño gesto de alguien para cambiarle todo el sentido a nuestra realidad, por dificil que esta sea.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un fuerte abrazo.
Hola, Estrella. Siempre hay un ángel que nos guarda y consuela. Solo hay que buscarlo. En el caso de Gracia fue Tino, quien a su vez fue rescatado por su hija aún no nacida. No es casualidad que fuera bautizada con el nombre de Ángela.
EliminarUn abrazo enorme.
Hola, Bruno, felicidades por una relato tan completo. Original, emotivo, el odio y el acoso por las redes sociales, el cómic… Me ha encantado cómo lo has resuelto. Para mí de diez.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, María, No sabes la alegría que me da tu comentario. Tenía miedo de querer decir tanto en tan poco y por eso tuve que darle muchas vueltas. Estoy feliz por vuestra cálida acogida.
EliminarUn abrazo fuerte.
Las coincidencias existen y a veces pueden salvarnos la vida. Me ha parecido un relato muy original, Bruno. Y con un humor ácido e irónico que le sienta de lujo. Mucha suerte en el concurso. Un abrazo!!
ResponderEliminarGracias, Pedro. Es cierto lo que dices. Un giro amable del destino puso a Gracia en contacto con Tino y eso le salvó la vida. El relato tenía muchos momentos imprescindibles para la trama y me alegra que haya conseguido colocar todas las piezas sin que el resultado sea engorroso.
EliminarUn abrazo!!
Hola, Bruno. Te aplaudo, desde el tema que planteas hasta la forma de mostrar y resolver la historia. Genial.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Carmen. Recibo ese aplauso con una enorme sonrisa. No puede haber mayor premio que el apoyo de todos vosotros, amigos míos en la distancia.
EliminarUn saludo.
Hola Bruno , una historia diferente y con unos protagonistas que son víctimas del olvido de sus fans y se convierten en unos desconocidos a los ojos de todos salvo a los que como ellos sufren de ese olvido.
ResponderEliminarMe gustó el desarrollo de la historia
Un abrazo
Puri
Hola, Puri. Y desgraciadamente, en cada nueva producción cinematográfica o televisiva, siempre hay alguien escogido como chivo expiatorio para recibir el odio de los haters, un veneno inmediato y anónimo del que es difícil escapar.
EliminarMe alegra que te haya gustado mi trabajo.
Un abrazo.
Cuánto daño hacen las redes sociales y qué fácil es atacar a quien muchas veces no es responsable de las decisiones de otros. Menos mal que Gracia Reina tuvo la suerte de encontrarse con alguien que ya había sobrevivido a lo mismo. Estupendo relato, Bruno! Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Lola. La impunidad de las redes es algo que hay que temer, Con ellas se pueden deshacer vidas con un solo clic.
EliminarMuchas gracias por comentar. un saludo.
Me ha gustado mucho, Bruno. Y me encanta el final feliz.
ResponderEliminarGracias, de la Flor. En esta ocasión he conseguido un final feliz para mi relato.
EliminarUn abrazo.
Hola, Bruno, qué malas son las redes sociales si caen en malas manos, son como ese elemento poderoso que usado por el bien sería fantástico pero en el caso contrario un disparate. Muy buen relato, compañero, las segundas oportunidades siempre están ahí, solo hay que saber verlas.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, Pepe. Como diuría el tío Ben a Peter Parker: "Un gran poder conlleva una enorme responsabilidad", y las redes tienen un poder enorme.
EliminarMe alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Hola, Bruno. Me alegro del giro de tu historia que amenazaba acabar entre aguas turbulentas. Tino tuvo buen tino de pasear con la niña en ese preciso momento y como buen nacido fue agradecido devolviendo el favor a la secuela de su maldición.
ResponderEliminarEn el mundillo de las aficiones hay gente para todo que buscan el protagonismo parasitando a sus héroes o villanos con actitudes bipolares.
Por cierto, las referencias cinematográficas hacen más ameno el relato, para mí son como las bolitas de pimienta en el salchichón.
Saludos y suerte.
Hola JM. Soy propenso a los finales poco alegres pero creí que aquellos grandes actores en los que me he basado para llevar este relato a buen término se merecían un final optimista. Quién sabe, a la mejor ayudó a alguien a ver el vaso medio lleno. El mundo del fandom se merece un buena limpieza. Son demasiados los que envenenan las redes con su odio.
EliminarMe alegra haber pimentado tu experiencia lectora. Un abrazo enorme.
Peor que ser lerdo es ser pertinaz en la lerdez. Porque si no te gusta algo puedes protestar como quieras, pasado la linea puedes ser maleducado grosero y agresivo; pero continuar siendolo para joder personalmente a alguien es mas que inco mprensible.
ResponderEliminarQue poca educacion (de entendimiento)para los consumidores de cultura. cada vez vamos a peor, ynadie se atreve a darles papeles porque luego van a por él.
Me hizo pensar en Louise Fletcher por el papel de mala; igualito pero al reves. Que diferencia d cultura!
abrazo y suerte
Eso digo yo, Gabilante. Si no te gusta el rumbo que ha tomado determinada saga, estás en tu derecho a expresarte pero no incendiando el mundo y la vida de aquellos que mi hacen otra cosa que su trabajo. Mucha lerdez y poca educación, como bien dices.
EliminarUn abrazo enorme. Gracias por tu comentario.
Hola.. excelente relato el que nos traes en el que traes a la palestra la ultima versión de los prejuicios del hombre... actualizados a los nuevos tiempos pero con la misma vieja colección de arbitrariedades e injusticias.. Me ha encantado ¡Saludos!
ResponderEliminarHoja, Octavio. La incultura y la poca educación en versión 2.0. Y encima inmediata y sin remordimiento. ¿Puede haber mayor injusticia para quienes hacen su trabajo?
EliminarMe alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Hola, Bruno.
ResponderEliminarLas RRSS son un pozo de fango y podredumbre. Los bots y haters, escondidos detrás de las pantallas, hacen mucho daño. Pero como con un martillo podemos matar, también podemos construir. Menos mal que la chica tuvo una mano amiga.
Un abrazo y suerte en el concurso.
Todo lo que hace el hombre puede dedicarse al bien o al mal. Hasta algo que tantas satisfacciones nos da como puede ser la escritura es utilizada para ideologías que sólo traen dolor para muchos y poder para unos pocos. Nuestra protagonista tuvo mucha suerte de encontrarse con un ángel guardián.
ResponderEliminarMuchas gractpor tu comentario. Un abrazo, Pluma del Este.
Felicidades Bruno por ese noveno puesto en el Tintero. Entre tú y yo, y sinceramente te lo digo, desde mi humilde criterio creo que tu relato hubiera merecido un mejor puesto en esta edición, pero así son las cosas. Esa medallita tan bien colocada en el texto me cautivó. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Jorge. Estoy contento por el buen recibimiento que ha tenido mi relato. Este noveno puesto me empuja a dar lo mejor en los siguientes retos.
EliminarGracias y felicidades por tu oro tan bien merecido.
Amigo Bruno, felicidades por tu mención. Nunca defraudas, que lo sepas.
ResponderEliminarMuchas gracias, Isabel. Intento dar siempre lo mejor de mí.
EliminarGracias y enhorabuena por tu bronce.
Enhorabuena, Bruno. Escritores como tú sois el ejemplo que me guía desde que transito por aquí. Dais brillo al Tintero con vuestro buen hacer. Mi admiración.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Carmen. Hago lo que puedo en cada reto pero comentarios como el tuyo me ayudan a ser mejor.
EliminarUn abrazo enorme.