Inspirado en hechos reales…
Me veo reflejado en ellos. En sus ojos carentes de
vida y en cómo apartan la mirada cuando son observados con atención;
avergonzados la mayoría, agresivos los menos. Pertenecemos a una nueva raza de
seres con el alma perdida, obligados a arrastrar nuestro cuerpo moribundo entre
los vivos. Y cada vez somos más, como si no existiera una cura para este mal
que nos absorbe la vida, las fuerzas y la ilusión. No tengo trabajo y hoy, por
primera vez en semanas, he aplastado mi pelo revuelto antes de ir a desayunar.