Pablo, hoy te voy a contar la historia de
un astronauta muy especial.
Se llamaba Gustavo, aunque prefería que lo
llamaran Gus, y desde siempre quiso viajar al espacio y explorar planetas
fabulosos. Eso, me dirás, no es nada raro. Incluso puede que tú también hayas
querido ser astronauta alguna vez. Pero si te digo que Gus era un globo, de
esos redondos que adornan los cumpleaños de cualquier niño… entonces la cosa
cambia, ¿verdad? Ahora es cuando digo aquello de «Érase una vez» y comienza la historia.