La Luna se apagó y muy
pocos lo notaron. En un mundo tecnificado, de almas artificiales y sueños sobre
ovejas eléctricas, no había cabida alguna para los soñadores, y los enamorados
ya no suspiraban a la luz de las estrellas.
Tiempo
hacía que el cambio climático era una realidad. Las mareas se habían vuelto
imprevisibles y las estaciones duraban lo que su antojo, unas veces más, otras el
equivalente a un encogimiento de hombros. Así las cosas, cuando la vida transcurría
en el seno de realidades virtuales en alta definición, quiso la Luna entender
que había llegado el fin de su tiempo y entonces se dejó morir. Lenta, muy
lentamente. De ella sólo quedó un pedazo de roca esférica sin luz alguna, eternamente
eclipsada y en órbita de veintiocho días, y su árida superficie fue mancillada
por publicistas que la consideraron el lugar idóneo para colocar grandes pantallas
de cristal líquido desde donde promocionar el producto indispensable del
momento.
La
diosa Selene se durmió y muy pocos la arroparon, y de su faz taciturna, una única
lágrima de luz cayó sobre la superficie de su eterna compañera de viaje, que en
extraordinaria alquimia dio lugar a un niño de cara de luna llena.
El niño caminaba por
la playa, cabizbajo. Hacía un viento fortísimo y su pelo enmarañado se hallaba emblanquecido
a causa de la sal marina. Vestía un chaquetón enorme de corte indefinido, y un
pantalón a rayas negras y rojas que parecía sacado de una vieja película de
piratas rodada en Technicolor. Sus pies descalzos, encallecidos pues nunca usaron
zapatos, eran inmunes a los afilados dientes de cuanta concha o piedra hallaban
en su camino.
Nadie
reparaba en él. El pequeño era un alma más de las muchas que deambulaban por
aquella tierra inhóspita desprovista de corazón, y sin embargo nada tenía que
ver con tantos otros náufragos de la vida. Un observador atento vería cómo las
aguas se sentían atraídas por su escuálida presencia hasta besar con amor sus
pies desnudos y los días, caprichosos desde tiempo atrás, ajustaban su duración
a la cadencia de sus pasos.
El
niño, quien no respondía a nombre alguno, se hallaba sumido en una perpetua turbación
que duraba desde su primer recuerdo. Era incapaz de saber de dónde venía ni hacia
dónde se dirigía. Dedicaba las jornadas a la mera supervivencia, deambulando
sin rumbo fijo en busca de aquello que le diera sentido a su existencia.
Anochecía. El aire se
volvió más frío y el viento arreció con virulenta fuerza. Aunque el mal tiempo
era una constante, el niño no pudo más que sorprenderse cuando vio a dos
jóvenes sentados en la punta de un rompeolas trazado con cubos de hormigón,
impasibles a los elementos en lucha a su alrededor. Parecían seguir el lento
avance de la roca publicitaria, cuyas pantallas pregonaban con fervor las
virtudes y los beneficios de un buen trago de Tombolina Cola. Hacia ellos puso
rumbo el niño, pues era mucha su curiosidad y nada lo que hacer.
La
joven se hallaba arrebujada entre los brazos y piernas de su pareja. No
hablaban; no se movían. Se limitaban a disfrutar del cuerpo afiebrado del otro
como los enamorados de antaño y junto a ellos, a razonable distancia, se sentó
el niño. Los jóvenes lo dejaron hacer.
–¿No
es una belleza? –rompió inesperadamente el silencio la voz de la chica, dirigiéndose
sin equívoco alguno hacia la figura envuelta en trapos que era el niño.
–No
es más que otro absurdo anuncio de refrescos.
–Las
pantallas no, tontorrón, la diosa Luna.
»Somos
muchos los huérfanos que dejó atrás pero todos conservamos la esperanza de que
algún día vuelva a brillar.
Y
entonces la vio. Jamás hasta ese momento el niño había sido consciente de la
presencia de la Luna, siempre oculta tras una mascarada de colores estrafalarios,
y fue aquel un momento de suprema clarividencia pues entonces supo que su
destino era alcanzarla. Desconocía la razón pero se le hacía insoportable pasar
un segundo más sin poder abrazarla.
Inesperadamente,
el mar ante ellos se plegó, atraído por el niño con una fuerza como nunca antes
conociera el hombre. Los barcos en ruta estuvieron a punto de zozobrar y a todo
lo largo de la costa las aguas se retiraron dejando tras de sí kilómetros de
arena encharcada, peces boqueantes y almejas de brillante concha. Para sorpresa
de los amantes, el niño moldeó con el movimiento de sus manos una lengua de
agua y sal que se elevó al cielo estrellado a la manera del tentáculo de un monstruo
de leyenda. El extraordinario prodigio arropó con extrema delicadeza el menudo
cuerpo y con él en andas fue al encuentro de quien ahora el pequeño reconocía
como su madre perdida.
Cuando
los dos se fundieron en uno sobre la línea del horizonte, los recuerdos del
niño hicieron ver a la Luna que su existencia aún tenía sentido y con una
potente explosión que convirtió en lágrimas de cristal las pantallas sobre ella
ancladas, el satélite recuperó el brillo perdido para dibujar en el cielo la
más bella de las superlunas, sobre cuya superficie los jóvenes pudieron
distinguir unos rasgos infantiles. Las aguas volvieron a su lugar entre salpicaduras
de espuma batida y las mareas, de nuevo reguladas, marcaron desde entonces el paso
de las estaciones.
Aquel
día, los amantes y los soñadores dejaron de ser para siempre jamás huérfanos de
Luna.
B.A.: 2021
Hola Bruno me ha encantado tu relato, hay poesía, nostalgia y ternura en él. El final es esperanzador. Muy buen trabajo. Saludos.
ResponderEliminarHola Ana. Me alegra que pienses así. Le he dado muchas vueltas para ofreceros lo mejor de mí en este reto.
EliminarUn saludo.
Gracias, Bruno, por participar con este relato en el homenaje a Roald Dahl y su maravillosa Matilda. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarHola David. No podía faltar a la última convocatoria de la temporada, y menos dedicada a nuestra Matilda.
EliminarUn abrazo enorme y muchas gracias por todo.
¡Qué maravilla de relato, Bruno! Las vueltas que le hayas dado han merecido la pena. Muchas gracias por este regalo.
ResponderEliminarUn saludo.
Me alegro que pienses así, Carmen. Quería dar lo mejor de mí y espero no defraudar a los compañeros del Tintero.
EliminarUn saludo y muchas gracias por comentar.
Un cuento con una hermosa poética y un bonito homenaje a la luna que tanto nos ayuda a escribir.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias por tu comentario, Ángel. Me alegra que mi homenaje a la Luna te haya gustado.
EliminarUn fuerte saludo.
¡Qué bonito, Bruno! Un cuento de tono clásico, casi de leyenda, muy dulce y muy poético, repleto de imágenes preciosas (esa Luna dejándose morir...) y lleno de ternura. Me ha encantado. Una maravilla. Felicidades.
ResponderEliminar¡Qué alegría me das, Marta! Sí, he querido trabajar en esta ocasión las leyendas y los cuentos que tantas veces nos han hecho soñar, y veo que mi esfuerzo no ha sido en balde.
EliminarUn abrazo enorme y sigamos soñando con la mirada puesta en la Luna.
Un relato inmensamente bello, Bruno. Me ha encantado vivir esta hermosa historia al leerte. Felicidades. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marina. La verdad es que estoy contento con el resultado y si además a mis compañeros tinteros le gusta pues... ¡Qué más puedo pedir!
EliminarUn abrazo enorme.
¡¡¡Qué hermosura!!! Hracias, Bruno.
ResponderEliminarMuchas gracias, Beba. Qué alegría me das.
EliminarUn abrazo.
Hola Bruno. Preciosa la historia y buff esa atmósfera que has creado es muy especial. Enhorabuena. Un saludo.
ResponderEliminarHola, Pedro. Me ha costado un poco dar con la atmósfera adecuada para este cuento, pero me alegra haberlo conseguido. La leyenda de los huérfanos de Luna no hubiera sido la misma.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un saludo.
Saludos, nos haz creado un ambiente ciertamente de pesadilla, no tener la luna seria la locura. Y no nos damos cuenta de ello, que es un Privilegio tener esa "madre" silenciosa entre nosotros. Tu relato ciertamente tiene viso poeticos muy hermosos.
ResponderEliminarHola José. Hay tantas cosas que tenemos delante de los ojos y que no sabemos apreciar, ¿verdad? Me emociona que pienses que que mi relato es hermoso. Sólo he intentado dar lo mejor de mí.
EliminarUn saludo.
¡Qué relato tan onírico y especial! El dibujo también me gustó mucho, una fiel representación del niño sin nombre. A título de curiosiad, te pregunto: ¿el dibujo es tuyo?, ¿qué fue primero, la historia o el dibujo?, y la luna, en tus historias, siempre presente.
ResponderEliminarUna relato entre la tecnología y la poesía, con armonía narrativa y mensaje de respeto a la naturaleza. Ahora bien, Si el fondo me gustó, la forma se lleva la palma.
Esta noche miraré la luna con atención, a menudo, inmerso en nuestras cosas, nos olvidamos de levantar la mirada al cielo. Gracias por el disfrute que nos has regalado, Bruno.
Hola, Tara. Me has hecho muy feliz con tu comentario. Te confirmo que la ilustración es mía. La verdad es que tengo un poco la mano pérdida para el dibujo (consecuencia de dedicarme casi a tiempo completo al diseño gráfico por ordenador) pero creo que he conseguido plasmar bastante bien la esencia del relato. Por cierto, el dibujo fue después que el relato.
ResponderEliminarTe diré como curiosidad que este relato ha surgido de un pequeño sueño que tuve hará unos meses. En él veía a la Luna apagada y a un falso satélite lleno de pantallas. El niño sin nombre también aparecía en mi sueño así que le di un poco de sentido a todo para cumplir con el reto de David. La inclusión de los jóvenes amantes fue determinante. ¿Inspiración? ¿Musas?
En fin. Son muchas las cosas que tenemos delante y que no sabemos disfrutar, fruto sin duda de las prisas de nuestro presente. Levantemos más veces la vista para disfrutar de las maravillas que nos rodean.
Un abrazo enorme.
Mientras te leía, tuve la impresión todo el rato de estar en un sueño, por eso te dije que era onírico.
EliminarFelicidades por ese maravilloso dibujo.
Otro abrazo de los grandes para ti, Bruno.
:)
Eliminar¡Hola! Aunque sea reptir ideas de otros comentarios, decirte que has creado un ambiente idóneo para tu cuento, que yo también creo que podría estar dentor de lo que llamamos leyenda. La ilustración también es muy acertada. Así que puedes estar contento , has acertado de pleno. Suerte
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, José. De verdad que no podía imaginar la buena acogida que iba a tener este relato. Le he dado muchas vueltas, tanto al texto como a la ilustración, y ese "acierto de pleno" es mucho para mí. Te lo agradezco enormemente.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Bruno.
ResponderEliminarQué preciosidad de relato. Es poético a la par que onírico, cual cuento, además, me ha encantado el envoltorio de cinismo casi distópico de la propia ciencia ficción. Veo guiños incluso al mismísimo Philip K. Dick con esos sueños de ovejas eléctricas junto con la atmósfera típica del principito. Me ha gustado mucho, compañero. Lo he disfrutado como un pequeñajo.
Mucha suerte y un abrazo!
Hola Pepe. Veo que hablo con un iniciado de la ciencia ficción pues pocos conocen el verdadero título de esa maravilla llamada Blade Runner. Hacer referencia a las ovejas eléctricas me pareció la forma perfecta de homenajear al maestro, cimiento de este mundo distópico que he desarrollado para contar el cuento (la leyenda) del hijo de la Luna. Me alegro un montón haberte hecho distrutar. Estoy muy feliz.
EliminarUn abrazo enorme.
Hola Bruno, el final, siiií, no podría vivir sin el influjo de la luna. La adoro, en todas sus formas y colores, esté donde esté, yo la busco y cuando anda tapada "eclipsada" muero. Qué puedo decir, una historia fantástica, con momentos de prosa poética y con recodos y revueltas, para que ese "hijo de la luna" nazca y encuentre a su madre. Me viene a la cabeza esa hermosa canción de Mecano. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Eme. Entonces tú hubieras sido en mi mundo distópico y tecnológico una "huérfana de Luna". Desde un principio quise darle a este relato el aura de una leyenda moderna, con esos giros que tanto me gusta para teneros atrapados hasta el final, y si he conseguido sorprenderte entonces considero el reto superado.
EliminarTe confieso que yo tampoco me he podido quitar de la cabeza el tema de Mecano mientras escribía este relato. Es imposible evitarlo, ¿verdad?
Un abrazo enorme.
Hola.. estoy seguro de que, en ese futuro distópico que se plantea, el relato podría formar parte de algun compendio de historias de leyenda estudiadas en las escuelas (si es que queda alguna) o transmitidas de padres a hijos en un ejercicio de oralidad tradicional. Una narración que despierta nuestra espiritualidad y alimenta de alguna manera el espiritu.. saludos..
ResponderEliminarHola Octavio. Era mi intención de dar a mi relato ese aura de leyenda que tan bien que comentas. ¿Habría escuelas en el mundo distópico de los huérfanos de Luna? Quizás no, pero siempre estará la tradición oral, a la manera de los hombres-libro de la novela de Bradury "Fahrenheit 451".
EliminarMuchas gracias por tu comentario, compañero. Un saludo.
Un relato con música para los oídos y belleza para los ojos. Me ha encantado lo esperanzador y sentimental que es el relato. Además de un niño con un toque de misterio, pero que no deja de ser un héroe. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras RR. La Luna, a la que tan poco tiempo dedicamos, se merece que de vez en cuando alcemos los pensamientos hasta ella.
EliminarMe alegra que te gustara mi trabajo. Un abrazo enorme.
Me parece precioso el relato. Escrito con delicadeza y sensibilidad.
ResponderEliminarToda una hermosa leyenda con la luna como protagonista y ese enigmático niño .
Un abrazo Bruno
Puri
Gracias Puri. Dese el principio quise darle ese aura de leyenda a este último relato de la temporada y me alegra un montón que lo haya conseguido.
EliminarUn fuerte abrazo para ti también.
¡Hola, hola! Es un relato muy bonito, me ha gustado mucho y además esta escrito con mucha delicadeza y ternura. ¡Mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Hola, Aura. Me alegra que pienses así. Son muchas las vueltas que le he dado hasta conseguir el ambiente que creo necesario para estos huérfanos de Luna.
EliminarUn abrazo enorme.
Una narrativa poética diría yo, sobre un relato evocador de un mundo que se pierde entre artificios, olvidando la belleza de la creación, de lo natural y lo sencillo.
ResponderEliminarHa sido un placer leerte, bruno.
Hola Francisco. El placer es mío al leer tu comentario, que tan bien resume la esencia de este relato. Lo natural frente a lo artificial, evocando un mundo que a pasos agigantados amenaza con desaparecer si no cambiamos nuestra forma de vida.
EliminarUn abrazo, amigo.
Bellísima historia, narrada con un encanto poético y una dulzura sin igual.
ResponderEliminarNo participo, pero me gusta admirar textos como éste.
Felicidades, ganes o no, eres un grande
Hola, Volarela. ¿Qué quieres que te diga? No puede haber mejor premio que comentarios como el tuyo. Me dan fuerza para seguir adelante y dar lo mejor de mí en cada nuevo reto.
EliminarEstamos en contacto. Un abrazo.
Que relato tan pero tan hermoso, se siente, se percibe como fue sentida cada palabra. Felicitaciones Bruno. Abrazos virtuales. Desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarHola Perlas. Me alegra que mi relato te haya hecho sentir así. Son muchas las vueltas que le he dado para conseguir un resultado satisfactorio y tus bonitas palabras me hacen ver que he conseguido superar el reto.
EliminarOtro abrazo enorme desde Sevilla, España.
Vaya relato, Bruno, sin querer me huele a Dick, me he dejado llevar por el recuerdo de Cano y Lorca que con sus improntas personales inmortalizaron la Luna. Poético bañado por una distopía que sucumbe a los pies del romanticismo. Una fusión que deja con la boca abierta.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Bruno, suerte en el tintero.
Un abrazo.
Hola Carles. No vas mal encaminado al ver la sombra de Dick en mi mundo distópico. Incluso yo añadiría a Scott Card y a Bradbury, pues mi fantasía no sería lo mismo sin este maravilloso trío de maestros. Lorca, Cano,... la Luna. Si mi relato te ha dejado con la boca abierta es mucho más de lo que pretendía, y me hace muy feliz.
EliminarUn abrazo enorme.
Hola, Bruno. Un mundo sobrecogedor el que nos muestras, pero con una posibilidad de volver a recuperar su esplendor como el nuestro si de ello nos concienciamos todos.
ResponderEliminarSaludos y suerte 🖐🏼
Hola, JM. Precisamente ése es el mensaje del relato. No lo estamos haciendo nada bien pero aún no lo hemos perdido todo.
EliminarUn placer tenerte por aquí. Un saludo.
Hola Bruno. Has creado una atmósfera mágica de ensueño en este relato, echando mano de la prosa poética y del evocador influjo de la luna. De fondo un mensaje ecologista, un mundo en el que la humanidad ha huido hacia adelante encerrándose en una realidad tecnológica paralela y olvidándose de la belleza que nos regala la naturaleza. Al final, en un mensaje de esperanza, vuelve la luna a alumbrar las noches de esos huérfanos de luna que habían quedado desamparados igual que el niño protagonista, que es capaz de devolverle la vida a nuestro satélite. Muy bonita historia, y bien escrita. Un abrazo!
ResponderEliminarHola Jorge. Me alegra que pienses así de mi relato. Has visto muy bien el trasfondo ecologista que lo cimienta. El mundo en el que vivimos va a un ritmo endiablado. Retocamos la verdad a golpe de móvil para crear un mundo ideal y no nos paramos en contemplar la realidad que nos envuelve. Si no despertamos de este sueño eléctrico no sólo la Luna se dejará morir.
EliminarMuchas gracias por dejar tu comentario, Jorge. Mis relatos están cojos sin ellos.
Un abrazo enorme.
Hola Bruno, mis felicitaciones van primero, por lo maravilloso de este relato, original y poderoso, poético, lleno de vida, y de mensaje. Una joya. Me ha encantado ese comienzo distópico, y su resolución fantástica y sin embargo uno la siente real como la brisa del mar. Enhorabuena Bruno, un gran abrazo, saludos y suerte en el tintero¡¡
ResponderEliminarHola, Mik. Quería hacer un relato con sabor a leyenda pero me ha sido imposible no darle un toque a ciencia ficción. ¿Qué le voy a hacer? Je, je, je.
EliminarEstoy contento con el resultado y comentarios como el tuyo me confirman que no me he equivocado.
Un abrazo enorme y muchas gracias por tus palabras.
Hola, Bruno. Me descubro ante un cuento tan poético e imaginativo. Me ha gustado todo. La idea de fondo del amor y ese primer párrafo que es una introducción magnífica. Te felicito, Bruno. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Isan. Como dice Harvey Dent en "El caballero oscuro": La noche es más oscura justo antes del amanecer, y yo he querido empezar este relato con sabor a leyenda con un entorno hostil y sin esperanzas para después alcanzar, de la mano del niño sin nombre, hasta la luz al final del túnel.
EliminarVivimos en un mundo tecnificado y sin alma, y ya va siendo hora de despertar, por las próximas generaciones.
Un abrazo.
Hola, Bruno. Es un relato inmensamente bello y poético. Lo leí dos veces para deleitarme con esa voz tan sutil y mágica. Te felicito. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Mirna. ¡Cuánto me alegra que te haya gustado mi cuento! Le he dado muchas vueltas para alcanzar un resultado satisfactorio y la buena acogida de los compañeros Tinteros me confirman que no ha sido en vano. Intento dar siempre lo mejor de mí pues os lo merecéis.
EliminarUn abrazo.
Hola Bruno. Para terminar de redondearlo todo, te diré que me sugirió todo el tiempo la canción de Mecano 'Hijo de la luna', cuyos compases casan de maravilla con tu propia ilustración y la belleza del relato en sí mismo, con poesía, ciencia ficción, distopía, fantasía onírica y mensaje incluido. Maravilloso.
ResponderEliminarMucha suerte.
Hola MJ. Llevas toda la razón. Me fue imposible escribir este relato con aires de leyenda sin la voz de Ana Torroja de fondo.
EliminarMe alegra mucho que pienses así de mi cuento. Ha sido un largo trabajo para darle un resultado que me convenciera y tus palabras me empujan a dar lo mejor de mí en la próxima. Y también me comprometo a recuperar la mano para el dibujo, algo perdida por el diseño por ordenador.
Un abrazo enorme.
Hola, Bruno. Desde el principio, con el guiño a Philip K Dick y su maravillosa adaptación al cine Blade Runner, hasta la preciosa frase final, es todo una delicia. Un precioso canto poético a la Luna y contra la deshumanización de la omnipresente tecnología. Un relato muy visual y magnético, no solo por su protagonista, porque no puedes dejar de sentirte atraído por tus palabras. Me ha encantado. Un abrazo y suerte en el Tintero
ResponderEliminarHola, José. Cuando trato la ciencia ficción me es imposible olvidarme de Dick, Scott Card y Bradbury, maestros literarios a los que tanto debo. Quería crear un mundo desalentador (espero que nunca lleguemos a tales niveles de deshumanización pero ganas parecen que no nos faltan) para después dar un giro de tuerca y lanzar un mensaje de esperanza, usando para ello recursos visuales de clara base cinematográfica, otra de mis pasiones y fuentes de la que beber.
EliminarMe alegra que te haya gustado. Un abrazo enorme.
Hola Bruno, que bello me resulta tu relato. Inocente, nostálgico y melancólico, amoroso y esperanzador... Ese niño lunático, para llamarlo por un nombre, es casi real, pues como él habemos muchos que nacimos y vivimos atraídos por el embrujo de la luna.
ResponderEliminarY no te imaginas las cosas que se me ocurren al mirarla, a veces recuerdo que en mi niñez, la luna se veía tan lejana siempre, y ahora cada vez está más cerca y grande, lo que me ha llevado a pensar si no será una luna artificial la que aparece ahora en nuestro cielo, y más aún cuando los científicos aseguran que la luna cada vez se aleja más, ¿Y entonces, porque la vemos más cerca ahora que antes? UHmmmm, para dudar.
Así que no me extrañaria que tu relato de ficción no lo sea tal cual, ja, ja.
Me gustaron mucho los pequeños detalles, el niño descalzo acostumbrado a la dureza de las filosas rocas, las olas enloquecidas por besar sus pies, que bellamente muestra la imagen, y esa manera antojadiza de las estaciones, y por otro lado esas descripciones, la lágrima que da vida al niño, esas pantallas de cristal, la pareja, en fin todo ese hermoso paisaje narrativo que le da más poder si cabe al niño luna para alcanzarla y fundirse con ella, regalando de nuevo su luz en un final de peliculas.
Un gusto leerte Bruno, buen fin de semana.
Hola Harolina. Me da una alegría enorme que mi relato te haya gustado tanto. El Tintero y sus "lunáticos" seguidores se merecían lo mejor de mí para el final de esta convocatoria y a ello me he puesto con todas mis ganas. ¿Y qué quieres que te diga? El trabajo que se ha llevado este niño de la Luna no es nada comparado con las muestras de cariño que estoy recibiendo a cambio, premio más que suficiente para este cuentacuentos amateur.
EliminarHace poco escuché en un programa de estos que tratan el tema extraterrestre que la Luna era un satélite artificial puesto por una civilización alienígena. Que estaba hueca y desde donde nos vigilaban. No sé que pensar pero da desde luego para un buen relato.
Muchas gracias por tus bellas palabras. Recibe un enorme abrazo.
¡Wow! Qué maravilla de relato, Bruno. Un placer leerte. La distopía con la que comienzas me ha llegado al alma por lo posible que puede llegar a ser.
ResponderEliminarEse niño, solo, vestido con harapos, tiene algo que atrapa y hace que el lector se ponga de su parte. Es el hijo de la Luna y "La luna quería ser madre" decía la canción. Y esperas que de él venga la transformación de esa terrible realidad.
La fantasía, imaginación y el buen hacer con el dominio de tu narrativa me han llevado en volandas hasta el final. Y como tantos enamorados, he vuelto a ver brillar la luna y he respirado con satisfacción.
¡Felicidades, Bruno y feliz verano!
Qué palabras tan bonitas le dedicas a mi relato, M Pilar. He querido daros lo mejor en el último reto de este certamen, y vuestro apoyo es el mejor premio posible. Ahora, escuchemos a la madre Naturaleza, pues el futuro depende de ello.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Buen verano.
Bruno!!! Felicidades por ese merecidísimo tintero de plata. Estás que te sales, jejej.
ResponderEliminarDisfrútalo y pasa un gran verano.
Un abrazo!
Gracias, Pepe. Me alegra haberos convencido con mis Huérfanos de Luna.
EliminarUn abrazo enorme.
Felicidades Bruno, un relato magnifico para este tintero de plata tan merecido. A disfrutarlo, que el verano se va a hacer corto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Carles. Me llevo con una sonrisa esta plata que me habéis concedido. Ahora a recuperar fuerzas para daros lo mejor de mí en la próxima convocatoria.
EliminarUn abrazo.
Magnífico y sensible "Huérfanos de luna", no me extraña nada tu Tintero de Plata, Bruno. Te felicito, colega.
ResponderEliminarQue pases un estupendo veranito, Bruno.
Muchas gracias, Tara. Me alegra haberme ganado la confianza de los compañeros con mi relato.
EliminarUn abrazo enorme y buen verano.
Hola, Bruno. Te felicité cuando leí el relata y ahora con más motivo por un Tintero de Plata muy merecido. Felicidades.
ResponderEliminarHola, Isan. Muchas gracias por tus felicitaciones. Y ahora a coger fuerzas para daros lo mejor en la próxima convocatoria.
EliminarUn saludo.
Beautiful blog
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarPlease read my post
ResponderEliminarFelicitaciones Bruno por tu tintero! Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Mirna!!! Feliz verano y a cargar las pilas para la próxima convocatoria.
EliminarFelicidades, Bruno, por tu merecido Tintero de plata. Un relato que es poesía, una delicia . Un abrazo fuerte
ResponderEliminarHola José. Mil gracias por tus palabras. Era difícil alcanzarte, pues tu relato me parece el más redondo de toda la convocatoria, así que muy feliz con mi Plata.
EliminarUn abrazo y feliz verano.
Felicidades, Bruno. Un Tintero de Plata, reluciente como tu cuento maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Carmen. Estoy muy contento por la acogida que ha tenido este relato. Vuestras palabras de apoyo son premio más que suficiente aunque... A nadie le amarga un dulce, ¿verdad? Luciré el tintero con orgullo.
EliminarUn abrazo.
Felicidades Bruno por un merecido Tintero de Plata, gran trabajo y gran relato. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge. El apoyo de esta gran comunidad no tiene precio. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Bruno, muchas felicidades por ese tintero de plata, sin duda muy merecido, un saludo, un gran abrazo y feliz verano¡¡¡
ResponderEliminarHola, Mik. Muchas gracias por tus palabras y apoyo. No puede haber mejor premio.
EliminarUn abrazo y buenas vacaciones.