Este relato forma parte del libro recopilatorio 66 relatos compulsivos, resultado del gran esfuerzo realizado por Sue Celentano desde su comunidad Relatos compulsivos.
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«... Acabamos de escuchar Everything i do, i do it for
you. Nadie como Bryan Adams para cantarle al
amor…»
Teo deslizaba la plancha al ritmo de la música que
ofrecía la emisora Vinilo FM, preparando la ropa para el trabajo de aquel día.
«… Pero es noviembre y está lloviendo, y
qué mejor excusa para recordar uno de los grandes éxitos de Guns N’ Roses.
»Así que
viajemos hasta principios de los noventa. La banda está en la cumbre, y en su
álbum Use your illusion I encontramos este… November rain»
Teo soltó la plancha, con riesgo de quemar el
pantalón, viajando de la mano de Axl Rose hasta sus lejanos días de instituto,
cuando los piercing y los tatuajes eran impensables, y desde las carpetas de
las chicas sonreían Jon Secada, Bon Jovi y Luke Perry. Únicamente en la de
Sonia, grupos como Led Zeppelin o The Cure luchaban por cada centímetro de su
superficie, aunque era Guns N’ Roses, sin duda, quien ganaba la batalla.
En la radio, Slash arrancaba a su guitarra notas de
desamor, y mientras Teo se vestía con la ropa recién planchada, revivió el día
en que Sonia lo rechazó con un «No eres lo suficientemente duro», yéndose con el primero que se atrevió a encender un
cigarrillo durante el recreo. ¿Qué sería de ella? ¿Se habría vuelto una madre
responsable que advertía a su hija contra los «chicos
malos» o seguiría buscando al suyo?
«Everybody needs somebody», sentenció Axl Rose, y Teo dijo que sí, que pudiera
ser que todo el mundo necesitara a alguien, pero él había elegido una vida en
la que no podía aferrarse a nadie y quizás, sólo quizás, Sonia era la
responsable. Pero de nada servía ya pensar en eso; los minutos pasaban y el
grupo con el que asaltaría una sucursal del banco Quarto Cerchio estaba a punto
de reunirse, así que se cubrió con un impermeable militar, la bolsa de las
herramientas colgada firme de los hombros, y partió hacia el destino incierto,
dejando que los recuerdos se perdieran en la fría lluvia de noviembre.
B.A.: 2.016
Vaya, de un rechazo Teo se tomó en serio lo de ser un chico duro. Admito que apenas conozco la discografía del grupo, pero la última frase mencionada de la canción me recordó una que cantaban los Blues Brothers con bastante marcha jeje. ¡Un saludo y suerte!
ResponderEliminarSupongo que conocerás lo más famoso del grupo: Civil war, You could be mine, November rain, Welcome to the jungle y unas pocas más. Ahora están de capa caída, aunque Axl Rose está de gira con AC/DC.
EliminarUn abrazo.
Ay, me llevaste a mis tiempos en la universidad... Volver la vista atrás siempre genera nostalgia, incluso para tipos duros como el de tu estupendo relato. ¡Suerte!
ResponderEliminar¿Encontraste una Sonia en el aula de la Facultad? Je, je, je. Gracias por pasarte y comentar, David.
ResponderEliminarUn relato la mar de interesante. Chicos duros para tiempos duros.
ResponderEliminarSaludos compañero.
Me alegro de que te haya gustado, Francisco, y te agradezco que me dejes tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Bruno, aprovecho y también te comento por aquí, :)
ResponderEliminarAl final si se convirtió en un chico duro y no como un ejemplo para otros.
Muy buena historia, música aún mejor.
Un abrazo.
Gracias por pasarte por mi pequeño rincón y comentar, Irene.
EliminarAl final nuestro amigo Teo se convirtió en un tipo duro, aunque bien planchado.
Un saludo.
Qué recuerdos de finales de los ochenta y principios de los noventa, si mi memoria no me juega una mala pasada a la hora de situarme. Luke Perry, idolo juvenil en Sensación de Vivir, es cierto que adornaba las carpetas de muchas adolescentes. Nos sorprendes con ese giro final en el que el destino de Teo lo sella un desamor de juventud. Y de nuevo Dante escondido en uno de tus relatos. Muchos matices para un relato breve y muy bien llevado. Te deseo mucha suerte en el concurso Bruno.
ResponderEliminarTus recuerdos te sirven bien, amigo Jorge. Teo podría haber sido compañero mío en el instituto, cuando se estudiaba BUP y COU, y las carpetas la decoraban los chicos de Sensación de vivir y series parecidas.
EliminarMe alegro haberte sorprendido, y agradezco tu fidelidad que bien demuestras al descubrir mi referencia oculta.
Un abrazo, amigo.
Genial, Bruno, genial. Ya voy llegando a las últimas entradas y me encuentro joyitas como esta. Un relato lleno de nostalgia, que tiene que traer recuerdos a quien lo lea, por narices. Fenomenalmente escrito. Y, además, con un final de traca. Me ha encantado. Por supuesto, como no iba Sonia, la chica mala del insti, a dejar su marca indeleble en la personalidad del pobre Teo. Me alegro que hayan elegido la sucursal de Quarto Cerchio para su atraco. Solo espero que tengan éxito, je, je. Y, por último, esa evocación a la lluvia de noviembre... Me has tocado la fibra, compañero. ¿No se te habrá ocurrido este relato mientras planchabas, no?, ja, ja
ResponderEliminarExcelente Bruno, Mis sinceras felicitaciones. Un abrazo
Me alegra haberte tocado la fibra, amigo. Nos vamos haciendo mayores y cada vez nos parecemos más al abuelo Cebolleta, contando historias y suspirando por tiempos ¿mejores?.
EliminarLa plancha, aunque me atrevo, no se me da muy bien, je, je, je. Seguramente yo iría a atracar el Quarto Cerchio con más de una arruga. Por cierto, creo que cierto director de banco está al tanto del robo, y que en vez de intervenir se va a quedar quieto para disfrutar del espectáculo.
Un abrazo, amigo.
Inesperado desenlace. Y pensar que hay cosas que parecen nimias y nos llevan a tomar decisiones que no siempre son buenas...
ResponderEliminarUn placer leerte y al mismo tiempo tener en la mente hermosas canciones.
Un abrazo
Gracias por pasarte por mi pequeño rincón, Mirna. Como a ti, me gusta darle al desenlace de mis relatos un giro que impacte al lector.
EliminarUn saludo y disfruta del November Rain de Guns N' Roses.