Sus amigas no dejaban pasar la ocasión de mofarse de ella, pero como madre soltera recién despedida de su último empleo «serio» –en el que sólo cotizó la mitad del tiempo, por supuesto–, ser protagonista de una película de serie B era una forma como otra cualquiera de ganarse la vida. Además, Zomblince se había convertido en todo un fenómeno viral, funcionando tan bien su venta online que la productora Plan 9 ya estaba inmersa en la filmación de su secuela.
Lola Batán caminaba arropada por un aura de
optimismo que no sentía desde el nacimiento de Ariel. Recordaba con una sonrisa
en los labios los planos rodados aquella mañana, preguntándose cómo encajaría
en una película de linces zombies la escena en la que su personaje Dominó Acuña
era encerrada en una jaula sólo vestida con un conjunto de ropa interior blanco
y estilo deportivo. El director de la cinta, Edu del Bosque, que además era
productor, guionista y responsable de atrezo entre otras ocupaciones, se negaba
a entregarles el libreto completo por aquello de «captar
una interpretación sincera», según sus propias palabras, zanjando con ello las
posibles quejas de los actores. Sea como fuere, a Lola le daba igual mostrarse
en ropa interior ante las cámaras; se sentía orgullosa de su cuerpo. Además, tenía
bikinis que mostraban más que el conjunto deportivo proporcionado por Edu.
* * *
–¿Qué te ocurre, cariño?
La pequeña Ariel tenía los ojos rotos de
llorar por una pelota que había perdido en la escombrera aledaña al parque
donde jugaba. En el extenso terreno de propiedad municipal sólo tres indigentes
alejaban el otoño ante una hoguera alimentada con palés desechados y hacia
ellos se acercaron para preguntar por la pelota, de la que nada sabían,
ayudando amablemente en su búsqueda hasta la última luz. Ya se despedían
cabizbajos cuando una gitana, seca de carnes, llamó a un aparte a Lola.
–Esa niña tiene un espíritu en su sombra
–dijo señalando a Ariel.
Lola no era crédula, y de miedosa tenía lo
justo, pero algo en las maneras de la gitana la obligó a tomarse en serio su
advertencia, por lo que se sorprendió preguntando: «¿Le
quiere algún bien?»
–No cariño; le quiere mal. Es un niño
malcriado que busca un compañero de juegos, por eso ha escondido la pelota, y
su capricho le arrebatará la vida a la pequeña.
»Cuida de ella.
Desde entonces Lola durmió poco y mal.
Todos los días, en torno a la medianoche, Ariel se sumergía en un extraño
sonambulismo para jugar con un ser invisible al que llamaba Iker. Los primeros
días de vigilia Lola notó que su hija lo hacía de buena gana, riendo feliz,
pero con el paso del tiempo el juego se hizo más violento; la niña recibía
pelotazos en todo el cuerpo y no había ruego ni llanto que despertara en el ser
el más leve gesto de piedad, prolongándose el maltrato hasta las primeras luces
del alba, momento en que despertaba para no recordar nada. Lola había
arremetido hasta el desaliento contra el espíritu, huido de casa e incluso, en
un acto de desesperación, drogado a su hija, sin resultado alguno. Era urgente
buscar ayuda especializada y así fue como se plantó en la sede de la productora
Plan 9, que no era más que una
habitación de la casa que Edu compartía con su madre, atestada de papeles,
maquetas y material artístico de toda índole.
–Edu. Sé que eres un estudioso de lo… paranormal.
Necesito tu ayuda.
El director la miró con interés, apartada
la atención de la vieja Smith-Corona donde en aquel momento daba forma al guión
que cerraría la trilogía Zomblince.
Toda su vida se había sentido atraído por lo oculto, considerándose poco menos
que un experto, por lo que escuchó a Lola con avidez, dejando que desahogara la
angustia que la atenazaba.
–El espíritu de un niño es de las fuerzas
sobrenaturales más poderosas –comentó tras reflexionar unos instantes–. El tal
Iker busca un compañero de juegos que lo acompañe en su soledad pero esa
relación, según me cuentas, se está deteriorando y dudo que acabe bien.
–¿Qué puedo hacer? No sé a quién pedir
ayuda. En el mejor de los casos me tomarían por loca y perdería la custodia de
mi hija. En el peor…
»Ayúdame, Edu. Por favor.
–Puedo preguntar entre mis conocidos;
investigar en algunos textos. Daremos con una solución… Sólo te pido que me
permitas grabarlo. Será un documento único.
–Por mi niña lo que sea.
* * *
Tres meses después
–Y
aquí tenemos al director Edu del Bosque.
–Encantado
de estar en Cinema
Fantasio, Pablo.
–Seré
franco contigo, Edu. Reconozco que Zomblince ha sido todo un
fenómeno y que su segunda parte está funcionando incluso mejor, pero siento
decirte que tu obra no me atrapa.
–El
arte no es siempre comprendido.
–¿Llamas
arte a Mujer Cuadrícula
vs. Rey Pitón? ¿A La triada del Kaos? Por no hablar de Wizarding World, por la que has sido acusado de plagiar la
saga Harry Potter.
–¿Acaso
es arte Blade Runner? Porque a mí me resulta pesada y
francamente mejorable.
–No
vayamos a comparar…
–En
eso estamos de acuerdo, Pablo. Las comparaciones son odiosas.
–Bueno,
vayamos a Juega conmigo. Como decía, tu cine no era algo que me
entusiasmara y de pronto, apenas unas semanas después de Zomblince II, estrenas esta obra de arte del terror.
–Gracias.
–No,
en serio. No sé cómo has conseguido ese nivel de realismo, nada que ver con
cintas como Holocausto
caníbal o La bruja de Blair que en su momento nos vendieron por
verdaderas. Y la interpretación de Lola Batán y de su hija es absolutamente…
acojonante.
–Siempre
he buscado la respuesta sincera del act…
–¿Eduardo
del Bosque Nabal? Queda arrestado por el asesinato de María Dolores Batán y de
su hija Ariel.
–Perdone
agente. Soy el director de este programa y exijo saber qué está pasando.
–Se
han encontrado los restos de Lola Batán y de su hija, y hay claros indicios de
que el señor del Bosque…
–¡No
fui yo, agentes! ¡¡Tienen que creerme!! Fue el espíritu de ese niño. ¡Él las
mató! Me entró el pánico y tuve que deshacerme de sus cuerpos…
–Señor
del Bosque, acompáñenos, por favor. Y le aconsejo que no diga nada más hasta
hablar con su abogado.
–Señores
espectadores. Comprenderán que dé por terminada la emisión de esta edición de Cinema Fantasio. Muchas gracias y perdonen las molestias.
* * *
Epílogo
Edu del Bosque fue condenado por el
asesinato de Lola Batán y de su hija Ariel. Su abogado consiguió reducir la
condena alegando problemas mentales tras lo que fue internado en el Sanatorio
Nuestra Señora del Espigón.
Lola Batán fue encumbrada al cielo
estrellado de la serie B y su última película, Juega conmigo, venerada como obra de culto, llegando a extenderse
la leyenda urbana que aseguraba la veracidad de lo filmado, exonerando con ello
a Edu del Bosque de las muertes. Desgraciadamente para él, el sistema judicial
no dio crédito alguno a esa teoría del asesino fantasma.
El espíritu de Iker
desapareció tras el suceso, en cuanto a la pequeña Ariel… aún hoy busca un
compañero de juegos.
B.A., 2.015
* * *
Uhhhh, que bueno compañero! Nos metes en ambiente de forma magistral dando detalles a la historia que demuestran lo cuidado de tus textos, la preparacion y el cariño q les pones. Como siempre me gustan tus dialogos y el final... bueno, pone los pelos de punta. Terror puro tratado con exquisito gusto. Habra secuela? Un placer leerte amigo
ResponderEliminarUn abrazo. Y bienvenido al nuevo curso je je. Eespero que saques matricula en lengua y literatura porque te lo mereces
Gracias por darme la bienvenida al curso que comienza, je, je. No sé si sacaré matrícula, pero voy a poner toda la carne en el asador. ¿Secuela? Quién sabe lo que el destino le tiene preparado a la pequeña Ariel. Mientras tanto, entretengamos el tiempo con Mujer Cuadrícula vs. Rey Pitón, que no tengo ni idea de qué leches tratará.
ResponderEliminarUn placer como siempre que dediques unas palabras a mis pequeños desvaríos.
Un saludo.
Vengo de leer el epílogo, zomblince, y como te comentaba no imaginaba que la historia pudiera tomar éste derrotero. Al final tenemos una historia de terror con tintes paranormales, en la que la trama deja de girar en torno a la película de linces zombies para hacerlo alrededor de Lola y su hija.
ResponderEliminarNos dejas un final abierto e inquietante, que da miedo sólo de pensar en que pueda derivar.
Un abrazo Bruno.
Como verás, amigo Jorge, soy un tramposo; aprovecho la menor oportunidad para llamar la atención de otro de mis relatos, aunque debo confesarte algo, me ha picado el gusanillo de "guionista amateur" y no me sorprendería que terminara la trilogía Zomblince. Mientras tanto, disfruta de la nueva y sombría vida de Ariel.
EliminarUn abrazo.
Genial, Bruno! Una trama muy bien armada y un desenlace impactante e inesperado. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarGracias Marta. Esta es una historia que me ha permitido varias ramificaciones, a la que vuelva a ella de manera más o menos regular. Seguiré indagando en los juegos de Ariel.
EliminarUn saludo.
¡Buenísimo, Bruno! Por partes, me ha resultado delicioso ese pequeño homenaje al cine de terror de la serie B. El Plan 9, de Ed Wood; la bruja de Blair, Holocausto caníbal... ¡Hasta bien podría ser ese Iker un homenaje a Cuarto Milenio o ese Del Bosque un Álex de la Iglesia!
ResponderEliminarLa verdad es que lo he visualizado como una película. Hay elementos que siempre funcionan, niños fantasma, esa pelota, la madre un tanto descreída que no puede salvar a su pequeño, los que se aprovechan del fenómeno para después ser castigados... y, como no, ese final abierto que nos sugiere que la historia bien puede repetirse.
Y el Juega conmigo. Una frase que puede sugerir desde la ternura hasta el horror según el contexto en el que se diga.
¡Un abrazo!
Gracias David por tus palabras. Como en todos mis relatos, los nombres que uso tienen su razón de ser, homenajes que no plagios de todo aquello que ha hecho de mí lo que soy. En esta ocasión, el elemento más reconocible es el director Edu del Bosque, reflejo del que es llamado el peor director del mundo, Ed Wood (injusto, sin duda).
EliminarHasta el día de hoy, Ariel ha tenido una pequeña secuela en el relato "Compañeros de juego" y una precuela totalmente experimental en "Zomblince".
Seguiré aumentando este extraordinario universo. Un abrazo enorme.
Excelente relato. Una trama bien cinematográfica y genial guiño al cine serie B con este director que nos recuerda al mítico ED Wood y su plan 9 del espacio exterior. La trama es envolvente y eficiente y el final impactante y abierto a la interpretación. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Morgan. ¿Qué haríamos sin la serie B en nuestras vidas, verdad? Y si hablamos de serie B, no podemos olvidar al bueno de Ed Wood. Me alegra que te haya gustado mi pequeño homenaje.
EliminarAriel seguro que aún tiene mucho que jugar. Estaré pendiente. Je, je, je.
Un abrazo.