Nota: El relato propuesto para el concurso "Historias de fútbol" convocado por Zenda.
Las fotografías de este montaje están sacadas de pixabay.com.
–¡Lo harás y punto!
»Me debes obediencia.
–Obediencia…
–Así es.
–Ya veo.
La chica frunce con falsa
inocencia los labios en torno a la pajita a través de la que da cuenta del zumo
de naranja con el que se quita el calor, los ojos glaucos clavados en el que
así le habla. Rara vez se enfada o molesta por las airadas salidas de tono a las
que tan propenso es su acompañante, y tras mediar el refresco de una larga
chupada se despereza lentamente con sensualidad felina, quedando repantingada
sobre la hamaca de tela estampada, las piernas estiradas ante sí y los brazos
cruzados bajo el pecho, que tensa por generoso la tela de su vestido ligero. «Soy tu musa desde que te haces llamar escritor; el ser
intangible reflejo de tus intereses y de tus... gustos», apostilla con una
sonrisa pícara mientras contornea en el aire sus voluptuosas curvas, imposibles
de salir airosas de la batalla contra la gravedad si pertenecieran al mundo
real.
–Y si no te gusta el fútbol… ¿Cómo voy a inspirarte sobre un mundillo al
que eres ajeno para que puedas ganar el concurso de relatos ese al que quieres
presentarte? No hace falta que te recuerde que la relación más positiva que has
tenido con un balón fue la película Evasión o victoria, y porque actuaba
Stallone.
»¡Si ni siquiera
seguiste la serie de Oliver y Benji! Por el amor de Dios…
–Pero algo podrás
hacer.
–Como no me lea el
Marca...
La musa se recoge el
pelo en un moño alto, afianzándolo con el lápiz que le ha robado al escritor
tras un guiño descarado. Una vez satisfecha con el resultado, apoya los codos
sobre la mesa y encaja el perfecto óvalo de su cara en la bandeja que crea con
los dedos entrelazados, dispuesta a acompañar con su silencio la desesperación
del escritor cogido en fuera de juego. Sólo cuando el travieso juego de la musa
roza el sadismo decide apiadarse de él y frunciendo el ceño, donde se marcan
dos graciosas arrugas verticales de la más pura concentración, zarpa hacia el
inmisericorde mar de las ideas a la caza de una buena pieza que ofrecerle. «Si escribieras relatos eróticos –reflexiona en voz
alta con la vista llena del limpio cielo mediterráneo–, podríamos usar el fútbol como excusa para una escena de lo más
tórrida. Tampoco habría problema si lo tuyo fuera la denuncia social, pues
podría sugerirte el drama de un refugiado que encuentra asilo en un país
europeo gracias a su pasado como entrenador».
–Pero eres un
apasionado de la ciencia ficción –le reprocha apuntándolo con un dedo acusador–,
y para colmo ahora te ha dado por el apocalipsis zombi. Fútbol y zombis. ¿Me
quieres decir cómo puedo trabajar con semejante material?
–Tienes que darme algo
–suplica el escritor con cara de cordero degollado–. Por favor.
–A ver. Déjame
pensar... Vale. Imagínate una sociedad distópica, superviviente a un brote
zombi. Está dirigido por un gobernador, o pseudo-rey, que con mano de hierro
mantiene la paz en el territorio.
–No sé si...
–¿Puedo acabar? –corta
la musa con severidad los balbuceos de su compañero. Se encuentra inspirada y
le molesta sobremanera la negatividad del otro–. Un gobierno totalitario, como
te decía, donde al que es detenido infringiendo la ley se le obliga a jugar al
fútbol contra un equipo de zombis. Un uno contra once putrefacto y mortal. Si
marca antes de que lo devoren será puesto en libertad; si pierde... Pues eso,
se lo comen. Fútbol Z, podría llamarse, o Z-occer.
–¿Es lo mejor que
puedes darme?
–¡Anda y que te
zurzan!
B.A.: 2.018
Ja, ja, ja... Divertida recreación de las "paraonias" que se nos puede llegar a ocurrir en esos momento en los que no nos sale nada para escribir.
ResponderEliminarMe ha encantado, aunque si se hubiera esperado al Mundial que hemos jugado seguro que le sale más de una historia de terror: por ejemplo, un portero fantasmal. Un fuerte abrazo!
David, no te puedes hacer una idea de la cara que se me quedó cuando vi que el nuevo tema de concurso de la web Zenda era "historias de fútbol". ¿Qué escribo yo ahora cuando no me interesa para nada el fútbol? Y tirando del hilo de la falta de inspiración di con un relato basado en hechos reales.
EliminarDesde luego, viendo cómo se está desarrollando el Mundial, nuestro escritor tendría mucho en lo que inspirarse. Por cierto: ¿A que te atrae el Z-occer?
Un abrazo, amigo.
Amigo Bruno, si yo tuviese que escribir un relato sobre fútbol, estaría con toda seguridad, en la misma tesitura. Claro que, con una musa como la tuya frente a mi, se me ocurririan muchas ideas, aunque ninguna relacionada con el popular deporte. Bueno, hay una diferencia: yo si seguí la serie Oliver y Benji... Al menos hasta que me mi paciencia se agotó, porque eso de que una sola jugada pudiese durar un episodio completo...
ResponderEliminarDivertido, sensual y original. Todo un ejercicio del buen escribir. Con zumo de naranja incluido, lo mejor para comenzar el verano. Y por cierto, que lo disfrutes
Un fuerte abrazo
Amigo Isidoro, fíjate en lo que me parezco a mi protagonista (o él se parece a mí), que tampoco seguí la serie Campeones, siendo el único que se quedaba haciendo en el ordenador el trabajo de grupo mientras el resto de compañeros se iban a verla.
EliminarSupongo de nuestra musa podría protagonizar algún episodio de Qué verde era mi barrio, con fútbol o sin él, aunque creo recordar que el Deporte Rey casi siempre aparecía en esas películas españolas de las que bebe tan pícara serie.
Buen verano para ti también, aunque aún tendremos que coincidir en algún relato antes de disfrutar plenamente de él (he visto un nuevo capítulo de tu Arandedo que he de degustar como se merece).
Un abrazo.
Qué bueno Bruno, no se podía contar mejor esos momentos donde la inspiración se retrae y se queda en la puerta mirándote a medio ojo sin querer entrar. La mía no es tan sexi, de eso estoy segura, jeje. Un abrazo
ResponderEliminarLas cosas que se nos ocurren cuando no sabemos qué escribir. ¿Verdad Emerencia? Espero que tu musa te ayude mejor que la de nuestro protagonista, aunque no sea tan pícara.
EliminarUn abrazo.
Es muy bueno, Bruno. Divertidísimo, :)
ResponderEliminarE inspirador, fíjate que al final la musa le ha dado mil opciones para otros relatos. ¿Qué más se puede pedir?
Un abrazo.
Pues sí, Irene, la musa hizo al final su trabajo (no sin antes hacerlo sufrir un poco, como buena musa), y encima el desagradecido le pregunta que si no tiene nada mejor. ¡Valiente injusticia!
EliminarMe alegra que te haya gustado este momento de inspiración. Un abrazo.
Menuda musa que tienes Bruno! una preguntita, esto lo sabe tu mujer? jeje en realidad en ningún momento se dice que el relato sea autobiográfico pero hay que decir que se reconoce al personaje por sus excentricidades zombies fundamentalmente. Yo seguí los dibujos de Oliver y Benji hasta que como a Isidoro se me agotó la paciencia. No es que me atraiga demasiado el fútbol pero reconozco que un mundial es un acontecimiento que lo trasciende. Lo que si me atrae, será que soy raro, son los grandes recintos deportivos, salvando las distancias una especie de catedrales modernas. Muy divertido tu relato, tendrás que darle las gracias a tu musa. Un abrazo!
ResponderEliminarJorge, a esa pregunta sólo responderé en presencia de mi abogado, je, je, je. ¿Musa? ¿Qué musa? Yo sólo te tengo a ti, cariño, y a la mayonesa, por supuesto.
EliminarAunque el relato tiene mucho de mi experiencia, lo que a mí más me inspira es escribir en mi ordenador, pensar ante la pantalla plana donde palpita el texto inscabina, aunque el poco tiempo del que actualmente dispongo hace que use por comodidad la tablet o el móvil.
Un abrazo enorme, compañero.
Hostias que deporte más chungo...
ResponderEliminarComo relato has encontrado una buena solución para algo complicado!! jejejejejeje
Un abrazo
Chungo de verdad, je, je, je. Pero si a nuestro escritor no le gustaba el fútbol. ¿Qué otra cosa podía inspirarle su musa?
EliminarUn abrazo, amigo David.